Me complace, estimados lectores, haceros llegar esta escultura realizada por un artista estadounidense llamado James Nathan Muir. La hemos bautizado como «Las fuerzas sagradas de Dios Madre»
Permitidme haceros llegar desde mi atalaya unas palabras acerca de La tragedia de nuestro abandono psíquico y físico.
Me apresuro a enviaros este grabado titulado Noches místicas o la clave de los misterios. Esta hermosa ilustración nos muestra la búsqueda de nuestra Piedra Filosofal con muchos de sus pormenores.
Para comenzar hemos de decir que los obeliscos fueron mostrados por primera vez como parte de la arquitectura egipcia. Ellos, los egipcios, descendientes directos de los atlantes, llegaron a las tierras de Cairona y allí comenzaron a echar las bases de lo que luego sería un gran imperio tanto de luz como también de una gran imaginería arquitectónica.
Uno de esos hombres que la historia llama ahora Apóstoles fue, justamente, un discípulo del Gran Kabir de Galilea a quien se recuerda como San Bartolomé Apóstol…
En la escena principal podemos apreciar una dama recostada sobre el árbol de la vida ─el SER─, y señalando con la mano derecha a una tela de araña, mientras con la izquierda sostiene un ave. Esta dama está sentada sobre una roca representativa de la piedra de tropiezo y roca de escándalo ─la sexualidad─, como bien la describiera San Pablo.
El olfato, queridos amigos/as, tiene también en los misterios un profundo significado. Además de permitirnos captar los olores de la Madre Natura, también nos permitiría la percepción de otras fragancias que se corresponden con los mundos superiores.
Con inmenso placer os hago llegar uno de los cinco grabados que os estoy enviando paulatinamente y que tienen relación con los cinco sentidos que posee nuestra máquina orgánica: el sentido de la vista.
Para nosotros los gnósticos este grabado posee una importancia trascendental, pues nos permite concebir aquello que para las iglesias católica y ortodoxa fue calificado como dogma de fe.
Para entrar en materia, he de deciros que en esta oportunidad el autor se ha querido referir a la facultad auditiva, nuevamente señalada como una cualidad humana y por ello representada bajo la forma de una hermosa fémina.