Muy estimados lectores:
Os hago llegar este hermoso grabado que aparece en el frontispicio de una obra llamada…
…NUMEROLOGÍA DE LA NATURALEZA
Primeramente, digamos que este grabado fue obra de Karl Von Eckartshausen, quien vivió entre los años 1752 y 1803. El autor fue un prolífico escritor, místico, filósofo y teósofo alemán. Influyó profundamente en el ocultismo en Alemania, Inglaterra y Francia. Entre sus obras más conocidas están: Dios es el amor más puro ─Gott ist die reinte liebe,1790─ y La nube sobre el santuario ─Die wolke über dem heiligtum, 1802─, una obra que recibió un alto estatus en la orden hermética Golden Dawn ─‘Aurora Dorada’─.
Eckartshausen aparece vinculado, asimismo, a la orden de los Illuminati, fundada por Adam Weishaupt, a la cual se afilió en un momento determinado, pero retiró su membresía poco después de descubrir que esta orden solo reconocía la iluminación a través de la razón humana.
Mediante la Gnosis hoy sabemos que la orden de la Golden Dawn cobijó al mago negro Aleister Crowley; empero, nuestro autor, Eckartshausen, no vivió en tales tiempos.
Adentrándonos en la descripción de este grabado, lo primero que observamos es un sol que envía sus radiaciones a través del espacio formando categorías de luz que, a su vez, están subdivididas y numeradas desde el Nº 1 hasta el Nº 10. Tales radiaciones, paciente lector, aluden a los Diez Sephiroth de la Kábala, los cuales van formando los cosmos de manera ordenada. Hay que entender que el sol al que hacemos referencia es el Sagrado Sol Absoluto.
Seguidamente, en la parte derecha de este grabado hallamos a una criatura que no sabemos si es hombre o mujer, pero que sí sabemos que representa a los Demiurgos de la Gnosis, o jerarquías divinas que actúan como rectores de la creación en los diferentes reinos de la misma. Por eso la vemos encauzando los rayos solares hacia tal o cual dirección. Igualmente, esta jerarquía solar tiene un compás en una de sus manos, y con él está tomando medidas de un infante o niño, el cual hace las veces de las almas humanas que van a instalarse en el escenario cósmico y estarán regidos por las directrices de los individuos sagrados o Elohim.
Después de las subdivisiones de los rayos solares apreciamos, más abajo, una semiesfera, representativa de nuestro mundo, lugar en el cual tendrá lugar la aparición de la vida tridimensional ya cristalizada.
Posteriormente, después de una página de este tratado llena de palabras en lengua alemana, observamos a criaturas del reino animal, desde las más inferiores ─cerdos─ hasta las más evolucionadas ─como el caballo─, y luego una criatura que parece una mezcla de animal y humano, como para decirnos que el plan divino de manifestación de la vida ya está en marcha.
En el fondo de esta otra imagen vemos un arco iris como símbolo de la alianza entre lo humano y lo divino.
Hay una frase escrita en latín que reza Bruta non numerant y la cual ha de traducirse como ‘Las cosas estúpidas no pagan’, lo cual significa que aquello que no alcanza la razón objetiva del SER no dará ningún fruto valioso.
Os hago llegar, estimados lectores, unas frases que considero que merecen nuestra atención:
«La sabiduría no es otra cosa que la ciencia de la felicidad».
Diderot
«La doctrina está orgullosa de saber cosas; la sabiduría es humilde de no saber más».
Cowper
«Si no plantamos el árbol de la sabiduría cuando somos jóvenes, no podrá prestarnos su sombra en la vejez».
Lord Chesterfield
«Pensar y obrar, obrar y pensar, es la suma de toda sabiduría».
Goethe
«El sabio se acuerda de lo pasado, goza de lo presente y precave lo futuro».
Isócrates
FINIS CORONAT OPUS.
─‘El fin corona la obra’─.
KWEN KHAN KHU
Coordinador Internacional