Muy queridos/as lectores/as:
Me complace haceros llegar algunas palabras relacionadas con el tema de:
LAS VESTIDURAS DEL ALMA
Permitidme comenzar diciéndoos que, según el Génesis bíblico, la pareja edénica Adán y Eva ─que realmente alegoriza a la humanidad lemúrica─, al haber cometido el llamado PECADO ORIGINAL, fue echada del paraíso ─concientivo─ del que disfrutaban. A partir de que la humanidad conoció la fornicación, quedó desprovista de sus vestiduras angélicas y quedaron desnudos ante los ojos del Señor ─léase: el SER─. Esta desnudez ha de interpretarse, no literalmente, no; hay que interpretarla como la pérdida de sus valores anímicos y sus facultades sagradas de cognición para quedar entonces atrapados entre el EGO ANIMAL…..
Todos sabemos que la sola manera de recuperar LA INOCENCIA PERDIDA desde entonces estribaba y sigue estribando en el hecho de RENUNCIAR AL HÁBITO MALSANO DE LA FORNICACIÓN y adoptar la ciencia de la transmutación de nuestras energías genesíacas o MERCURIO SECRETO de los alquimistas medievales; esa es la LLAVE MAESTRA para regresar al estado angélico.
Bueno es saber ahora que, gracias a la doctrina fecunda, profunda y hermosa que nos entregó nuestro Patriarca, V.M. Samael Aun Weor, todos podemos reconstruir nuestra anatomía oculta reincrudando los vehículos internos aquellos que ya los poseían pero que los llenaron de óxido mercurial durante muchas existencias, o creando dichos vehículos partiendo del cero radical. Tanto para los unos como para los otros ─nos dice el Maestro Samael─, cuando alguien despertaba el Fuego Sagrado ─producto de sus destilaciones alquímicas─ recibía en el antiguo Egipto la llamada túnica de Thot. Tal túnica era toda blanca y el Iniciado entonces la portaba continuamente. No se trataba de ninguna manera de que aquella persona ya fuese un Maestro de sabiduría, no, pero esa era y sigue siendo la tradición de la Blanca Hermandad hasta nuestros días.
Indudablemente, a medida que el Iniciado en los misterios va avanzando en el Camino Secreto y va desarrollando el Kundalini o Fuego Sagrado en cada uno de sus vehículos internos, tal túnica va pasando por diferentes colores. De esta manera, hemos de saber que una es la túnica del cuerpo astral ─que brilla con diversos colores─; otra es la del cuerpo mental, de color amarillo, motivo por el cual al Iniciado se le declara portador de la túnica búddhica; otra es la túnica del Iniciado de color violeta, cuando ya ha levantado los fuegos en su vehículo causal; y así sucesivamente a medida que el Iniciado mismo va adentrándose más y más en el sendero rocalloso.
Es claro que, una vez que el Iniciado ya levanta la serpiente que lo liga a su Atman ─Íntimo─ particular, entonces esto le da derecho a llevar las vestiduras de su Chesed con los detalles sagrados que la misma posea, a saber: símbolos tejidos en la misma, figuras geométricas añadidas, etc., etc., etc.
Ahora bien, a medida que el Iniciado quiera ─porque así lo quiere su Real Ser─ adentrarse en el desierto de los sabios o Vía Directa comentada en la Alquimia, y comience a vivenciar internamente los nueve primeros Trabajos de Hércules, las mutaciones en su túnica se seguirán sucediendo y todo ello se reflejará en los colores que la misma va asumiendo. Terminados los nueve primeros Trabajos de Hércules y sometiéndose entonces el Adepto a los ocho años del Patriarca Job, se sufrirá la lepra ─psicológica─ en la anatomía interna del Iniciado, y cada año de Job, al terminar ─porque son ocho años físicos─, le otorgará al Iniciado otra túnica de diferente color…
Concluidos los años de Job, se nos dice que el Cristo íntimo se levanta de su sepulcro para hacerse cargo de los funcionamientos psicológicos y anímicos de ese Maestro. Todo eso va acompañado de cambios en sus vestiduras internas. Incuestionablemente que si ese Maestro realiza los tres últimos Trabajos de Hércules y corona lo que llamamos LA GRAN OBRA, es claro que será envuelto con la túnica que lo declarará como MAESTRO RESUCITADO. Y si a lo largo de toda su trayectoria ese Maestro hizo énfasis profundo en su MUERTE PSICOLÓGICA, entonces todo lo que aquí hemos estado comentando se verá aumentado en esplendor y se reflejará, indiscutiblemente, en su vestidura. Llegados aquí, el Iniciado o Adepto une a su túnica otros implementos sacratísimos, tal vez una máscara sagrada, un velo, una cofia que va en su cabeza, etc., etc., etc.
Así, por ello, la vestidura de un Ángel nunca será la misma que la de un Arcángel, la de una Virtud que la de una Potestad, la de una Dominación que la de un Trono, la de un Querubín que la de un Serafín, etc., etc. Igualmente, alguien puede haber hecho la GRAN OBRA y no por ello ser un Maestro liberado de la Rueda del Samsara, no. Si se ha liberado de la Rueda del Samsara tendrá otros atributos que no tendrán sus otros Hermanos Mayores que, aun habiendo concluido la GRAN OBRA, no tienen aún méritos para poderse liberar de la rueda de las fatalidades.
Y ¿¿¿¿qué diremos de un Maestro o Maestra que ya tenga, además, conquistado el vehículo de Nirmanakaya, o el que haya conseguido el traje de Sambhogakaya, o ese otro que se haya fabricado ya un vehículo de Adikaya o quien haya logrado revestirse con el traje de Dharmakaya???? En tales casos, la luz acumulada por esos Adeptos gracias a innumerables sacrificios les permite ser vestidos con túnicas esplendorosas que cortan las palabras por su hermosura.
Es obvio que tales vehículos están relacionados con tremendos grados de muerte mística y enormes sacrificios por las humanidades en este actual Maha-Manvantara, o hazañas llevadas a cabo en otros Maha-Manvantaras del pasado.
Lo que ha de quedar muy claro, caro lector, es que nuestra presencia en el escenario de la creación tiene un solo objetivo: INTEGRARNOS CON LO DIVINAL, volver al punto de partida original, regresar al PARAÍSO PERDIDO del que habló en su tiempo John Milton en su portentosa obra.
Meditemos, paciente lector, en todas estas cosas porque todo ello es parte del reino del Padre que está en los cielos ─de Conciencia─.
Me permito ahora dejaros unas frases para ser reflexionadas:
«Belleza sin gracia es un anzuelo sin cebo».
Emerson
«La tierra entera es el mausoleo de los hombres ilustres».
Pericles
«La carrera de la vida es breve, la de la gloria es eterna».
Cicerón
«La gloria marcha por un camino tan estrecho que solo puede ir un hombre de frente».
Shakespeare
«Morir es el destino común de los hombres; morir con gloria es el privilegio del hombre virtuoso».
Isócrates
HIC ET NUNC.
─‘Aquí y ahora’─.
KWEN KHAN KHU