El Cristo-Sol debe avanzar para darnos su vida, y en el equinoccio de la primavera se crucifica en la Tierra. Se hace necesario que en nosotros también nazca el Cristo-Sol. El auténtico simbolismo de la Navidad- Samael Aun Weor
Así también existen distintos “Niveles de Ser”. Lo que internamente somos, espléndidos o mezquinos, generosos o tacaños, violentos o apacibles, castos o lujuriosos, atrae las diversas circunstancias de la vida. El nivel del Ser- Samael Aun Weor
Acostado en su lecho, con todos los músculos de su cuerpo relajados, adormézcase pensando que el Fuego Sagrado del Espíritu Santo sigue bajando desde el cielo y entra en su cabeza por la glá…
El estudiante se sentará en una postura cómoda. En este ejercicio, el estudiante tratará de revivir sus vidas pasadas, escenas de sus pasadas existencias.
Durante esta semana el discípulo aprenderá a pedir la ayuda de su Madre Interior Profunda para la comprensión de los entidades energéticas que personifican defectos psicológicos suyos.
El estudiante bajo ningún motivo debe olvidar lo fácil que es identificarse con la mente. Cuando el devoto se sienta preparado comenzará a realizar un ejercicio koan. Deberá preguntarle a su propia mente lo siguiente…
La clarividencia es la misma imaginación. Para el sabio imaginar es ver. El Ángel Aroch me enseñó los mantras más poderosos que se conocen en el mundo para despertar la clarividencia.
El cuerpo mental es un organismo material que tiene su anatomía y su ultrafisiología oculta.
El mantra para curar las enfermedades del cuerpo mental es: S M HON.
La S se pronuncia con un son…
Siéntese ante una mesa con el rostro hacia el Oriente, apoye los codos sobre la mesa y proceda en la siguiente forma:
Introduzca los dedos pulgares de las manos derecha e izquierda entre los…
Fulcanelli: «Los alquimistas debieron buscar mucho tiempo y emplear numerosos años en el descubrimiento del fuego secreto. El jeroglífico disimula, en efecto, la naturaleza psicoquímica de los frutos de Hespera, frutos cuya madurez tardía no disfruta el sabio hasta su vejez, y que no recoge sino casi en la atardecida de la vida, en el poniente de una laboriosa y penosa carrera».
Si el individuo es codicioso, cruel, despiadado, egoísta, etc., así será la sociedad. Si queremos paz auténtica debemos reducir el Yo a polvareda cósmica, solo así habrá en nosotros la belleza interior. De esa belleza nacerá en nosotros el encanto del amor y la verdadera paz del corazón tranquilo. Necesitamos paz, serenidad, reflexión, comprensión. El poder de la paz creadora
Cuando se continúa con la convicción absurda de que se es uno, de que se posee un Yo permanente, resulta algo más que imposible el trabajo serio sobre sí mismo. Observador y observado