La tragedia de nuestro abandono psíquico y físico

La tragedia de nuestro abandono psíquico y físico

La tragedia de nuestro abandono psíquico y físico 850 480 V.M. Kwen Khan Khu

Muy queridos compañeros/as:

Permitidme haceros llegar desde mi atalaya unas palabras acerca de…

…LA TRAGEDIA DE NUESTRO ABANDONO PSÍQUICO Y FÍSICO

Nadie puede negar que, haciendo una comparación entre lo humano y lo divino, ISIS representa el Eterno Femenino divinal, así como OSIRIS es la representación MASCULINA en el panteón de los Dioses, allá en los confines del Olimpo. Como contrapartida aquí en la tierra, el sujeto masculino pasa a ser ─sin sus atributos divinales─ la representación osiríaca, y, por otro lado, todas las mujeres pasan a ser, microcósmicamente hablando, una representación de la sacratísima Isis.

Dicho lo anterior, cada sujeto masculino debe esforzarse en su tránsito terrestre por llegar a convertirse en verdadero Hombre ─en el sentido gnóstico profundo─, y toda mujer ha de luchar también por adquirir los atributos que se le atribuyen al aspecto femenino de Dios. Así trabaja el binomio cielo-tierra que el divino Theomegalogos ha querido crear en el escenario de la creación.

Desgraciadamente, a causa de nuestra INCONCIENCIA, ni el polo positivo ─el pseudohombre de nuestros días─ ni tampoco el polo negativo ─la mujer de nuestros tristes días del Kali-Yuga─ sienten en sus adentros las ansias de REVOLUCIONARSE íntimamente para llegar a alcanzar las alturas que el Creador ha dispuesto para que su obra sea el fiel reflejo de sí mismo.

Es incuestionable que vivimos en un mundo marcado por la tragedia y los dramas que se suceden cada día en nuestras sociedades. Empero, justamente la Gnosis se nos ha entregado para que nuestros ojos sean abiertos a este horroroso panorama, y no solamente nuestros ojos físicos sino también nuestra visión espiritual.

Miles de veces el V.M. Samael nos habló en sus cátedras del famoso FRÍO LUNAR que nos rodea en todos los ámbitos de nuestra existencia. Empero, lo grave ha sido y seguirá siendo el hecho de que, a pesar de todas sus disquisiciones dialécticas, no hemos sido capaces de afrontar nuestra situación psicológica y física y dejamos que esa terrible enfermedad que llamamos ENTROPÍA se incube en nuestra anatomía anímica y psíquica. Por tal motivo, además de no acostumbrarnos a practicar tenazmente LA AUTOBSERVACIÓN de nosotros mismos, hemos permitido que LA PEREZA y la INDIFERENCIA hayan establecido su templo en nuestras emociones y pensamientos, llevándonos finalmente a convertirnos en loros que somos capaces de pasarnos horas hablando de Gnosticismo, pero a la hora de convertir aquellas, nuestras palabras, en hechos reales pues sencillamente seguimos siendo los mismos.

El Maestro Samael siempre enfatizó en sus obras y homilías la necesidad de rodearnos de fuerzas que aparten de nosotros ese FRÍO LUNAR que constantemente nos rodea y nos hace infelices. Y a ese respecto él nos señalaba la necesidad de tener en la casa flores, música agradable ─ambiental o de los grandes maestros de tal arte─, y, sobre todo, insistía en la urgente necesidad de arrancar de nosotros esa dejadez que nos impulsa a hablar fatuamente sin parar, cayendo de este modo en la charlatanería de carácter ambiguo. Todo ello ─nos decía el Venerable─ hace de nosotros algo insípido, insubstancial e intrascendente.

En una ocasión, en casa del Venerable Maestro Samael, tuve la oportunidad de escuchar a nuestro Patriarca insistiéndole a una dama en la urgencia de no dejarse ABANDONAR al punto de llegar a parecerse a una bruja. Aquella dama ni se arreglaba sus cabellos, ni se cuidaba su cutis, ni siquiera tenía un olor agradable, y, obviamente, entre otros estados egoicos, eso no le permitía llegar a tener un marido. Y, sin embargo, esa dama siempre andaba insistiendo en que necesitaba un marido, todo lo cual se convertía en una IRONÍA.

Continuando su discurso, el V.M. Samael decía que no entendía como una mujer que dirigía cámaras avanzadas asistía a realizar sus funciones dentro del recinto sin tan siquiera arreglar su rostro y su vestimenta. «Parecen criaturas sacadas de un cementerio y traídas a algo tan sagrado como lo son nuestras actividades», así habló nuestro Avatara en aquellos días. Mas, como siempre, a pesar de todo, muchas compañeras continuaron siendo criaturas espectrales allá donde iban. ¡¡¡Enigmas, enigmas, enigmas…!!!

De ninguna manera, caros lectores, nuestra institución, la Gnosis, podría compararse jamás al movimiento hippie que surgió allá por los años sesenta. Tal movimiento fue el producto de la mala polarización de las muchedumbres con la onda dionisíaca. Por ello, estas gentes predicaban el abandono en sus vestimentas, muchas mujeres andaban hasta desnudas en tales festivales, muchas quedaron embarazadas sin saber jamás quién había sido el padre de su hijo o hijos, pues se acostaban con todos los homúnculos racionales que asistían a dichos festivales. Esto ya lo ha explicado muy bien nuestro Gurú en un capítulo de una de sus obras. Tal capítulo fue bautizado con el nombre de «LA ONDA DIONISÍACA». En aquellos encuentros hippies las mujeres cargaban sus cabellos absolutamente abandonados, sus rostros estaban demacrados y, para colmo de colmos, se hundían ellos y ellas en el consumo de drogas ─LSD y otras más─ y los varones comenzaron a dejarse los cabellos hasta convertirse en HOMBRES DE LAS CAVERNAS. La marihuana comenzó a expandirse por todas las latitudes, pues las muchedumbres empezaron a imitar ESA NUEVA ONDA que fue la cereza que colmó la degeneración de la humana especie.

La famosa REVOLUCIÓN DE NUESTRA CONCIENCIA también involucra el hecho de presentarnos, allá donde vayamos, en forma digna, en forma decente, en forma educada, cuidando nuestras palabras, nuestras emociones, nuestros actos y, obviamente, nuestros pensamientos. No estamos hablando aquí de convertirnos en mojigatos o en robots, no. Estamos hablando de tomar Conciencia de nuestras relaciones con nuestro cuerpo físico, con nuestras amistades y con nuestra propia psicología.

La idiosincrasia del gnóstico o de la gnóstica debería ser siempre la de una persona que huye de sus pensamientos negativos, de sus canciones psicológicas egoicas, de su enfermizo EGOÍSMO queriendo siempre ser el CENTRO DE ATENCIÓN DE TODOS LOS DEMÁS. Es muy desagradable tener frente a nosotros siempre, siempre, siempre a una persona que solamente vive quejándose de la vida y, para colmo, criticando siempre a todos sus compañeros tildándolos de gente dormida, engañosa, hipócrita, etc., etc., etc.

Todas estas manías y desórdenes forman parte de nuestra psicología barata, y estas cosas nos cierran la puertas de los templos en los mundos internos y crean a nuestro alrededor una atmósfera que repele a nuestros semejantes. De esta manera nunca tendremos verdaderos amigos, verdaderos compañeros, verdaderas amistades que nos auxilien en nuestro mundo tridimensional. ¿Por qué? Pues, simplemente, porque a nadie le gusta estar cerca de quienes siempre andan cantando su canción psicológica por doquier.

Es la hora de abandonar nuestra miseria, estimados lectores. Es la hora de enamorarnos de la belleza de la naturaleza, de cuidar nuestros hogares y no convertirlos en una casa de líos perpetuos. Es la hora de aprender a amar a nuestros semejantes y de saber escuchar también sus opiniones sobre la vida en nuestro mundo y sobre la naturaleza espiritual.

¡¡¡¡Reflexionemos, amigos y amigas, en estas cosas que, aunque parezca que no tienen importancia, sí que la tienen y MUCHA, MUCHA, MUCHA……!!!!

¡SEAN CON TODOS VOSOTROS Y VOSOTRAS LAS BENDICIONES DEL ETERNO PARA QUE POCO A POCO NOS APROXIMEMOS MÁS Y MÁS A SU SAGRADO REINO!

KWEN KHAN KHU