Estimados/as lectores/as:
Me resulta grato haceros llegar este documento que el V.M. Samael lanzó en el año 1975 en la revista Abraxas. Se titula:
LA RAZA AZUL
Por: V.M. SAMAEL AUN WEOR
«1. Gentes con piel de un bellísimo color azul, poseedoras de una altísima espiritualidad y de una gran ciencia, vienen a cumplir una trascendental misión en el futuro.
2. En el polo sur hay una ciudad que está bajo tierra. Allí vive una raza azul venida de la Galaxia Azul. Conservan sus naves cósmicas. Se alimentan con elementos submarinos o algas, peces, etc.
3. Quiero que todos ustedes me entiendan. Los hombres provenientes de la Galaxia Azul no tienen casas de hielo, como los esquimales, ni nada por el estilo. Resultaría absurdo pensar que tales criaturas vivieran entre los témpanos de hielo. Mejor es comprender que ellos poseen una ciudad subterránea, hecha entre las entrañas de la misma Tierra. Si hay hielo encima de las rocas y de la tierra en general, este no afecta en nada a la ciudad sumergida. El problema climatológico no existe para los hombres azules. Es ostensible que si pudieron conquistar el espacio infinito poseen adelantos técnicos formidables. No es difícil comprender que ellos han podido crear su propio clima dentro de su misteriosa ciudad.
4. Puedo asegurar que es una ciudad bastante grande, muy semejante en tamaño a la ciudad de México, con varios millones de personas y muchas casas, calles y avenidas y amplio campo para guardar sus naves.
5. Es natural que sus estudios sean de tipo avanzado; se trata de ciencias cósmicas, elevados asuntos espirituales, naturaleza, etc. No está de más decirles que dentro de esa gran urbe mística e inefable resplandece la Esfinge, símbolo viviente de la sabiduría iniciática.
6. Los miembros de aquella raza azul visten, ciertamente, con elegancia y distinción; usan hermosas túnicas de estilo antiguo, bellos mantos, sandalias de estilo clásico. Van y vienen por las calles de la ciudad. Son de estatura mediana y hermoso continente. Se transportan a pie o en carros distintos a los que nosotros conocemos, propulsados por energía eléctrica. Los hombres auténticos, los hombres cósmicos, no necesitan dinero para poder vivir; ellos tienen sistemas, métodos económicos inmensamente superiores a los de nosotros, los pobres animales intelectuales de la Tierra.
7. A su tiempo y a su hora entrarán en actividad esas gentes, a ayudar, concretamente, a la humanidad. Se nos ha dicho que saldrán a las calles públicamente, por todas partes, para llamar a las gentes al arrepentimiento. Son extraordinariamente espirituales. Los Maestros de esta galaxia, llevados por el Amor Universal, se han preocupado muchísimo por nuestra humanidad terrícola, ayudándonos intensamente desde la noche más profunda de los siglos. Ellos fueron realmente los que instruyeron a los arquitectos de las pirámides, los que enseñaron la doctrina secreta a los atlantes y a los egipcios, los que establecieron los misterios gloriosos de las poderosas civilizaciones de Caldea y Asiria.
8. Las naves van y vienen a través del inalterable infinito, pues es absurdo suponer que nuestra Tierra sea el único mundo habitado. Realmente nuestro planeta Tierra es como un grano de maíz en el espacio. ¿Por qué ha de ser el único que tenga vida? Esto sería tanto como pensar con mente medieval, algo parecido a lo que afirmaban las gentes del medioevo, que pensaban que en el cabo Finisterre terminaba la Tierra y que esta misma era plana, cuadrada, etc., etc., etc.
9. Así pues, debemos tener un poquito de comprensión. Hay otros mundos habitados y las gentes de esos otros mundos nos visitan. Lo que sucede es que nosotros aquí somos demasiado bárbaros, somos verdaderamente caníbales con smoking, y en vez de recibirlos con los brazos abiertos se les recibe a cañonazos, se mandan aviones de caza a perseguirlos, como ha sucedido en los EE. UU.
10. Las naves viajan a una velocidad mayor que la de la luz. Es obvio que dentro de la velocidad de la luz, dentro de su zona, está el mundo tridimensional de Euclides. Recordemos la fórmula de Einstein: E = MC2, de manera que la masa vine a ser el resultado de una modificación o de una multiplicación de la velocidad de la luz al cuadrado. Más allá de esa ecuación matemática encontramos nosotros la cuarta coordenada, la cuarta vertical.
11. Las naves cósmicas se sumergen dentro de la cuarta coordenada para viajar a enormes distancias. Es posible sumergirse dentro de la cuarta coordenada cuando atravesamos instantáneamente la barrera de la velocidad de la luz, que es de 300.000 kilómetros por segundo. Cuando se logre atravesar esta barrera se penetrará instantáneamente en la cuarta vertical, y solo moviéndonos en esta es posible conquistar el espacio. Pero para movernos allí es necesario trazar primero la cuarta coordenada. Mientras no se trace esta, tendremos una geometría totalmente tridimensional. Con la metageometría será factible elaborar una física de cuatro dimensiones. Ya sobre ese basamento, con una física así, será posible construir navíos tetradimensionales capaces de atravesar instantáneamente la velocidad de la luz. Obviamente, tales navíos serían un éxito si fueran propulsados por energía solar. No creo jamás que con el combustible líquido se pueda conquistar el espacio infinito. Entiendo que estas naves cósmicas que viajan a través del espacio y tripuladas por extraterrestres se sumergen instantáneamente dentro de la cuarta vertical para viajar a través del infinito.
12. Cuando llegue esa época final, estos seres extraterrestres en sus navíos se llevarán a algunos humanos. Es cierto, ellos, en el momento preciso, en el momento indicado, llevarán de la Tierra lo mejor, lo más selecto. Salvarán a los que realmente vale la pena salvar. En todo caso ellos están dispuestos a servir y auxiliarnos en el instante postrero.
13. Ellos son hombres auténticos en el más completo sentido de la palabra, conocen a los animales intelectuales demasiado bien; tienen instrumentos precisos para localizar a cualquier gente, no importa dónde viva o dónde se encuentre, ante los ojos de ellos es imposible escapar. Ellos saben muy bien cuáles son los seres que deben salvar. Tienen sus facultades espirituales completamente desarrolladas.
14. En las épocas de Egipto, Asiria, Babilonia…, tales hombres fueron recibidos como verdaderos Dioses; desafortunadamente, estamos en la Edad de Hierro, en la época de la degeneración mundial, y por este motivo ellos rara vez se mezclan con las multitudes…».
Os regalo ahora, caros lectores, estas frases para la reflexión:
«La castidad es una gran virtud, pero todo el mundo se ríe de las solteronas, y se reiría de los solterones si no se tuviera la conciencia de que para un hombre es fácil saltar por encima de muchas cosas sin detrimento de su fama».
Pío Baroja
«Salvar la civilización es salvar la vida de un pueblo».
Victor Hugo
«La compasión es lo que nos hace verdaderamente humanos y nos impide convertirnos en piedra, como los monstruos de impiedad que aparecen en los mitos».
Anatole France
«El hombre superior es impasible por su naturaleza, poco le importa que le alaben o le censuren, no escucha más que la voz de su conciencia».
Napoleón
«La conciencia es la voz del alma; las pasiones la del cuerpo. La conciencia tiene más de mil lenguas».
Shakespeare
OMNIA IN DUOBUS, DUO IN UNO, UNOS IN NIHILO.
─‘Todo en la dualidad, la dualidad en la Unidad, la Unidad en la Nadidad’─.
KWEN KHAN KHU
¡Gracias infinitas por estos mensajes!