El misterio que encierra el Abraxas

El misterio que encierra el Abraxas

El misterio que encierra el Abraxas 850 480 V.M. Kwen Khan Khu

Apreciados lectores:

En esta oportunidad quiero haceros llegar unas reflexiones sobre:

EL MISTERIO QUE ENCIERRA EL ABRAXAS

Antes que nada, es necesario saber que el llamado ABRAXAS es un símbolo precristiano que ya existía en las comunidades gnósticas precristianas y, cuando el Cristianismo fue aceptado por el Imperio romano en tiempos del emperador Constantino, los generales romanos acostumbraban llevar en uno de sus dedos de la mano un anillo con la figura de este Dios mitológico. Según aquellos generales, ese símbolo los protegía y asistía durante las batallas.

El Abraxas está constituido por una figura que tiene cabeza de gallo, tronco humano y, en lugar de piernas, posee dos serpientes. En uno de sus brazos lleva un látigo y con el otro agarra un escudo para protegerse.

Tratando de descifrar a esta divinidad desde el punto de vista gnóstico, diremos que la cabeza de gallo representa el estado de alerta novedad. Por otra parte, el gallo era el compañero mitológico del Dios Helios ─el Sol─ y anunciaba el amanecer con sus cantos. Dicho de otro modo, el Sol estaría asociado con la Conciencia y es la Conciencia quien va anunciando al alma sus nuevos despertares o amaneceres.

Por otra parte, el torso humano alude, claramente, al hecho de que los cambios que se han de producir en el Adepto conocedor de estos misterios se han de hacer dentro del mismo.

Las dos serpientes representan los principios YIN y YANG del Taoísmo, así como también al Azufre y al Mercurio de los sabios que los conocedores del Ars Magna mencionan.

El escudo que porta Abraxas es alusivo a la prudencia que el devoto del camino secreto debe mantener siempre cada vez que da un paso hacia adelante.

El látigo que lleva en su mano izquierda alegoriza la voluntad marciana de querer apartar y destruir los elementos indeseables de nuestra sufrida psicología.

Además, bueno es saber que esta divinidad ─Abraxas─ aparece simbolizada subida en un carro que es tirado por cuatro caballos. El carro representa el cuerpo físico del intrépido aventurero que va en busca de su realidad suprema, y los cuatro caballos que tiran de ese carro señalan a los cuatro cuerpos de pecado, a saber: Cuerpo Físico, Cuerpo Astral, Cuerpo Mental y Cuerpo Causal…

Estos cuatro caballos también podrían ser representantes de los cuatro elementos que constituyen nuestro mundo: fuego, aire, tierra y agua.

Toda esta simbología, queridos amigos, nos habla de una energía poderosísima que los gnósticos primitivos comparaban con el mismísimo Pleroma ─estado de plenitud eterna─, empero, decían ellos que, asimismo, esta energía podía levantar o enterrar al ser humano, pues su actividad estaba caracterizada por una dualidad, es decir, podía ser utilizada por las fuerzas del bien o por las fuerzas del mal. Este panorama nos indica claramente que se trata de la ENERGÍA SEXUAL, la única capaz de desintegrar a los Yoes demonios y, a la par, la única que puede generar en el Homo sapiens sapiens una verdadera voluntad inquebrantable y consciente ─entiéndase aquí el látigo─.

Es claro que la energía creadora humilla o enaltece al humanoide terrenal. Si TRANSMUTA sus energías creadoras se enaltece y se desarrolla espiritualmente, si FORNICA se degenera y se hace esclavo de los sentidos y del Yo animal. He aquí, pues, su dualidad.

Obviamente, como divinidad redentora, ABRAXAS nos está invitando a permanecer como el vigía en época de guerra a fin de no permitir a nuestro Ego animal que nos devore y nos conduzca a la involución anímica.

El investigador Stephan Hoeller ─estudioso de la Gnosis─ nos aporta algunos datos que considero muy interesantes en esta temática, veamos:

«A pesar de que existe hoy muy poca información disponible sobre Abraxas, y que su nombre aparece con escasa frecuencia en los papiros mágicos y en algunos textos gnósticos que evidencian su influencia egipcia, de todos modos parece bastante razonable pensar que Abraxas fue una figura arquetípica misteriosa y superior en alguna formas del Gnosticismo.

En virtud de un interés puramente técnico, también se podría mencionar que algunos de los amuletos más conocidos de Abraxas contienen en la parte inferior la palabra sabao, una referencia clara al nombre Sabaoth, que significa ‘hueste’ o ‘ejército’. La asociación de Abraxas con Sabaoth se manifiesta ciertamente como un hecho significativo».

Recordemos todos que en la Conjuración de los Siete del Sabio Salomón los gnósticos conjuramos a la antítesis del Logos Samael, cuyo nombre es Adramelech, de la siguiente manera:

«Por Samael Sabaoth y en el nombre de Elohim Gibor, aléjate, Adramelech»…..

Con este conjuro llamamos a los ejércitos angélicos del Logos Marciano a luchar contra esa fuerza demoníaca.

Esa es la equivalencia entre Sabaoth, Samael y Abraxas…

Y continúa Stephan Hoeller diciéndonos:

«El significado de la figura de Abraxas emerge bajo una nueva luz cuando se decodifica el nombre de acuerdo a los principios de la numerología, disciplina que fue muy respetada en el mundo antiguo tanto en los círculos judíos como paganos.

La numeración de Abraxas en la lengua griega es la siguiente: Alfa-1, Beta-2, Ro-100, Alfa-1, Xi-60, Alfa-1, Sigma-200; en total suman 365.

La numeración hebrea arroja el mismo resultado: Aleph-1, Beth-2, Resh-200, Aleph-1, Qoph-100, Aleph-1, Samekh-60, que suman 365.

Se ha sugerido que el número 365, que corresponde a los días del año, podría representar la deidad que gobierna la totalidad del tiempo y por cuyo poder el tiempo está simultáneamente creado y no creado. La no creación del tiempo ─semejante al empeño budista de escapar del dominio del Dios monstruo Makahala, soberano de la rueda de la duración que no deja de girar─ es una preocupación verdaderamente gnóstica. En un sentido, es posible considerarla como el sello distintivo de la auténtica Gnosis que solo poseían los individuos espirituales o pneumáticos más consumados.

Abraxas, la energía del Ser que lo domina todo, es la suma del ciclo de la necesidad y, paralelamente, la que libera al hombre de la agonía del tiempo o, tal como lo llamó Mircea Elíade, “el terror de la historia”…».

Y nos recalca, por otra parte, este investigador:

«Además de su valor numérico, el nombre Abraxas tiene otro significado secreto, indicado por el hecho de que se compone de siete letras. Estas siete letras se han relacionado con los siete rayos de los poderes creativos de las esferas planetarias, que en los sistemas gnósticos significan la creatividad y, al mismo tiempo, el carácter restrictivo del cosmos. Se dice que los siete soberanos del mundo, cuyos símbolos físicos son los siete planetas sagrados, actúan como los guardianes del alma y, en ocasiones, como sus carceleros. El individuo ignorante o inconsciente está gobernado por los planetas o, mejor dicho, por las fuerzas y complejos psicológicos representados por los planetas. De este modo, cuando la ira se apodera de un individuo inconsciente o no gnóstico, su personalidad es avasallada por la fuerza de Marte; una persona puede ser poseída por Venus cuando está bajo el hechizo de un deseo romántico y otra puede ser dominada por la curiosidad y la codicia de Mercurio, y así sucesivamente».

Después de todas estas concomitancias, amigos y amigas, llegamos a la sana conclusión según la cual Abraxas, la energía primordial de la Creación que tiene su correspondencia con nuestra energía creadora, se convierte, según nuestro nulo trabajo psicológico, en un cuchillo que se entierra en nuestras profundidades para hacernos pedazos en todos los sentidos. Empero, cuando nuestro trabajo sobre SÍ MISMOS es fructífero, deviene entonces como NUESTRA LIBERADORA…

Ahora solo nos resta recordar aquella frase que se escuchaba en un antiguo ceremonial iniciático: «¡¡¡VIGILAD Y PERSEVERAD, AÚN OS QUEDA TIEMPO!!!».

PRVDENTI LINITVR DOLOR.
─‘El sabio sabe calmar su dolor’─.

QUE LAS FUERZAS DE SAMAEL SABAOTH LLENEN DE LUZ VUESTRAS ALMAS ETERNAMENTE.
Kwen Khan Khu

1 comentario
  • Manuel Rincón 2021-07-30 at 01:33

    Gracias VM Kwen Khan Khu por contribuir en nuestro desarrollo espiritual. La conciencia nos enseña el camino de la auto-realización, con el amor el camino se hace llevadero y con la voluntad triunfamos.