Indagar acerca de los entresijos de nuestra alma equivale a investigar a fondo los laberintos de la psiquis o del psiquismo, pues, como bien lo dice la Gnosis, el material anímico o esencial del humanoide racional está atrapado entre las redes del Ego pluralizado que cada persona lleva dentro.
Creo necesario escribiros acerca de un tema fundamental que podríamos titular de esta manera: ¿Hasta qué punto es necesario llevar nuestra muerte psicológica en este Camino?
El trabajo pues suele ser difícil, mas no imposible. Se necesita el esfuerzo, eso es obvio. Pero hay dos clases de esfuerzo: está el esfuerzo mecánico y el esfuerzo consciente.
Para nosotros, los gnósticos, el MAL no es una simple actitud que puede manifestarse un día cualquiera, en un lugar cualquiera o en una persona cualquiera, no. Para la Gnosis, el origen y la naturaleza del mal hay que buscarlos en los orígenes mismos de la creación en la que estamos también nosotros envueltos.
Si el individuo es codicioso, cruel, despiadado, egoísta, etc., así será la sociedad. Si queremos paz auténtica debemos reducir el Yo a polvareda cósmica, solo así habrá en nosotros la belleza interior. De esa belleza nacerá en nosotros el encanto del amor y la verdadera paz del corazón tranquilo. Necesitamos paz, serenidad, reflexión, comprensión. El poder de la paz creadora
Cuando se continúa con la convicción absurda de que se es uno, de que se posee un Yo permanente, resulta algo más que imposible el trabajo serio sobre sí mismo. Observador y observado
Necesitamos recordarnos, claramente, cómo se debe hacer el famoso trabajo interior sobre sí mismos. ¿Cómo hacer siempre el trabajo interior?
El hecho de hallarnos, mayoritariamente, constituidos por un TRES POR CIENTO de Conciencia, no nos permite analizar ciertos detalles que debemos tomar en cuenta a la hora de querer hollar el Camino Secreto.
Muy amados amigos y amigas: Con enorme gusto me dispongo a haceros llegar unas líneas en torno a un tema sumamente importante que llamaremos: ¿QUÉ…