Cuando hablamos de audacia hacemos referencia a una cualidad que no todas las personas poseen. Se trata de una cualidad que, o trae ya una persona desde existencias anteriores, o puede tratarse, tal vez, de una energía que una humana criatura ha tenido que desarrollar después de haberse enfrentado a diversas circunstancias de su vida.
Como parte de su maquiavelismo, el humanoide de nuestros tiempos ha optado muchas veces por querer enriquecer su empobrecida mente con una desagradable costumbre, y tal costumbre no es otra que el horrible hábito de responder mediante el cinismo.
Permitidme haceros llegar desde mi atalaya unas palabras acerca de La tragedia de nuestro abandono psíquico y físico.
Cuando hacemos memoria y contrastamos nuestro presente con nuestro pasado nos damos cuenta de que, ciertamente, en la forma de vida existente en nuestros días hemos ido perdiendo con el tiempo muchísimos valores, y ello nos ha arrastrado hacia una vida enormemente superflua, artificial y carente de cosas trascendentales.
Tomo la pluma para escribiros algunas palabras relacionadas con el presente grabado que nos ha parecido INTERESANTE desvelar para aumentar nuestros conocimientos acerca de nosotros mismos. «Cuatro edades del hombre», La edad adulta – el ocaso de nuestra vida
Para nosotros llegar a conocer el VERDADERO AMOR necesitamos MORIR EN SÍ MISMOS urgentemente. La muerte del Yo permite entonces que la flor del legítimo amor aparezca en nuestras vidas y lleguemos a conocer la realidad de ese sentimiento.
El hecho de hallarnos, mayoritariamente, constituidos por un TRES POR CIENTO de Conciencia, no nos permite analizar ciertos detalles que debemos tomar en cuenta a la hora de querer hollar el Camino Secreto.