Muy queridos/as amigos/as:
Me complace, estimados lectores, haceros llegar esta escultura realizada por un artista estadounidense llamado James Nathan Muir. La hemos bautizado como…
…LAS FUERZAS SAGRADAS DE DIOS MADRE
Antes que nada os hago llegar las palabras de este escultor al respecto de su obra, helas aquí:
«Mi objetivo es crear estas siete damas en siete continentes, trascendiendo las diferencias individuales para convertirse en un símbolo unificador del parentesco universal de la humanidad y toda la creación en una metáfora física que represente la conexión espiritual entre todas las cosas, para ayudar a traer el poder curativo de amor a la Tierra, anunciando una nueva Era de Paz».
La obra en sí misma está llamada CADUCEUS. Está hecha de bronce y tiene la función de fuente de agua con cuatro bocas de salida.
Empero, lo impresionante de esta obra es que es la mismísima representación de Dios Madre ─Devi-Kundalini─ saliendo del huevo filosofal o Kanda de los indostanos. Recordemos que Ella, Stella Maris, despierta en nuestra naturaleza orgánica y metafísica al calor de la transmutación sexual, y ha de ascender por los canales conocidos como Idá y Pingalá, que se encuentran a ambos lados de nuestra espina dorsal.
Esa es la razón por la cual se muestran esos dos canales bajo la forma de las dos serpientes que constituyen el Caduceo de Mercurio de las mitologías griega y romana. No sabemos si el autor pertenece a alguna orden esotérica de algún rincón de nuestro mundo pero es innegable que conoce de ocultismo y de simbología hermética.
El artista añade:
«La palabra caduceus ─Ka-doo-seus─ se origina del griego Karykeion, derivada de Karyx, que significa ‘insignia o bastón del heraldo’ [entiéndase aquí al Dios Mercurio]. En latín, la palabra caduceo significa prácticamente lo mismo. El caduceo fue usado por cirujanos, militares, mensajeros oficiales para, entre otras cosas, indicar el cese de las hostilidades en el campo de batalla».
La leyenda nos dice que Hermes ─o Mercurio─ vio dos serpientes combatiéndose entre sí y para calmarlas recibió una vara o bastón del Dios Esculapio ─un Maestro de la Medicina─. Hermes arrojó el bastón sobre las dos serpientes y esto las calmó, pues terminaron enroscándose en el mismo. Todo esto nos indica, ínclito lector, que la medicina espiritual para salvar nuestra alma estriba justamente en trabajar con el sagrado Arcano A.Z.F. ─que oportunamente nos enseña la Gnosis─, y esta es la manera de reconciliarnos con el Dios Mercurio ─nuestra propia simiente que nos permite comunicarnos con nuestra divinidad interior─…
El autor de la escultura añade:
«El caduceo expresa el flujo espiritual inicial de energía desde el Creador a la creación».
Esto es muy significativo, pues todos sabemos que la vida universal fue cristalizada por el ARCHÉ o NEBULOSA original, que estaba constituida por la mezcla de Azufre y Mercurio de los Cosmocratores.
La corona que porta la Virgen y que conlleva siete rayos simboliza la libertad anímica y los siete grados de poder del Fuego.Esta representación divinal lleva un ornamento en el entrecejo que simboliza al tercer ojo para denotar que Ella tiene acceso al mundo material y a las otras dimensiones del espacio hiperdimensional. Igualmente, muy significativa es la cruz egipcia que cuelga de su cuello y que simboliza la clave suprema del cruce de las energías masculinas y femeninas que se conjugan durante el arte transmutatorio…
Siguiendo con nuestra descripción, hemos de señalar que las alas de la Diosa Madre miden, cada una, nueve pies. Esto nos recuerda que nuestro Fuego Sagrado brota de la Novena Esfera.
Asimismo, hemos de recalcar que tales alas están constituidas por veinticuatro plumas en total. Esto nos lleva al Arcano VI de la Kábala. Tal Arcano representa a los misterios del amor.
Esta manifestación de Dios Madre lleva anillos en ambas manos. La izquierda significa, según el artista, el matrimonio del cielo y la tierra, y la derecha el matrimonio del Creador con su creación.
Del corazón de esta madonna brotan doce rayos de luz.
Las dos cintas en su cabello contienen doce soles y estrellas que suman el número 144. Esta suma, reducida kabalísticamente, nos da el Nº 9, el cual nos recuerda nuevamente que a Ella la debemos evocar durante nuestros trabajos alquímicos.
Detrás, en su espalda, esta escultura lleva la pluma de la diosa egipcia MAAT.
En una parte cercana a sus hombros podemos apreciar la Estrella de David, representativa de la Gran Obra consumada y, asimismo, la unión de las fuerzas celestes con las fuerzas terrestres. Tal Estrella de David está impresa en una cinta que cubre por el cuello a la Diosa Madre, una cinta que la bordea por ambos lados.
Para nosotros en la Gnosis, lo más hermoso es ver el huevo filosofal del cual Ella emerge ya quebrado, es decir, permitiendo al Fuego celeste de nuestra Divina Señora iniciar su ascenso por las vértebras de nuestra columna vertebral para darnos, con el tiempo, la iluminación en nuestra alma.
Igualmente maravilloso resulta ver a Devi-Kundalini extendiendo los brazos para querer ayudar a las almas que la veneran y la honran detestando LA FORNICACIÓN y viviendo, en cambio, los sagrados misterios del Magisterio Ígneo. Esta es la auténtica regeneración del Adán y la Eva terrenales que les permitirá regresar al paraíso de la Conciencia.
Terminemos afirmando que el conocimiento unido a la inspiración divina obra milagros.
Os regalo ahora unas frases interesantes para vuestra reflexión:
«El arte es la verdad porque crea lo que debe ser».
Simón Bolívar
«La agitación del arte es natural y sana, y el alma que la siente padece más de contenerla que de darle salida».
José Martí
«Todo arte es imitación de la naturaleza».
Séneca
«La transmisión del pensamiento por el arte, como la transmisión de la verdad, es obra de pasión y de amor».
Rubén Darío
«Si el amor a la virtud no nos guía, si no somos honrados sino por interés, seremos astutos pero jamás verdaderos hombres de bien».
Cicerón
Oremus…..
JUBILATE DEO OMNIS TERRA.
─‘Alégrate en Dios, tierra toda’─.
KWEN KHAN KHU