La meditación se puede definir como ciencia, como arte o como disciplina, y hasta cómo técnica. Entonces podemos hablar de una ciencia de la meditación porque es una ciencia, tiene sus parámetros científicos que son demostrables. Se puede hablar de un arte porque saber meditar es propio de un artista en el tema de la relajación y del silencio de la mente. Se puede decir que es una técnica porque hay que aprender la técnica de la meditación, y se puede concebir también como una disciplina porque, para llegar a ser un atleta de la meditación, se necesita una disciplina esotérica. Como técnica la meditación requiere conocer determinados pasos. Como ciencia hay que estudiarla en relación a sus objetivos. Como disciplina, pues forma parte del camino del yogui y del camino del faquir gnóstico. Entonces, sobre esta base podemos decir que la meditación es una gran parte de la esencia del verdadero trabajo interior. Sin meditación resulta imposible llevar un estudio serio sobre nuestro trabajo psicológico, hablando en términos gnósticos. Sin la meditación no podemos llegar a calibrar nuestro avance hacia el Ser.