Catecismo Gnóstico

Catecismo Gnóstico 1572 884 V.M. Samael Aun Weor

Este CATECISMO GNÓSTICO, escrito por el insigne Maestro Samael Aun Weor, constituye un hermoso compendio de preguntas y respuestas destinadas a satisfacer al inquieto lector en todo lo concerniente a la búsqueda de la Verdad.

Si la palabra «Gnosis» significa ‘CONOCIMIENTO’, el lector podrá apreciar en este oportuno opúsculo que se trata de un conocimiento revelador, muy distinto a esa otra serie de conocimientos que conforman el saber intelectual de la humanidad. Este conocimiento arropa las claves que permiten descifrar el misterio del Alma en su tránsito por eso que llamamos «la vida», desvelándole al hombre sus enigmas concernientes al mundo del cual forma parte y a ese otro estadio que llamamos «muerte».

Para los gnósticos de todos los tiempos, igual que para los antiguos egipcios, la vida real existe en esa zona que filosóficamente podríamos llamar «Eternidad». En cambio, la existencia tridimensional de cada día deviene una escuela, en la cual se hace necesario dar buen cumplimiento a nuestros deberes, entendiendo a estos últimos como el auténtico desarrollo de las virtudes que enriquecen el material anímico, y consecuencialmente la desaparición o muerte de las entidades psicológicas energéticas que constituyen al Yo de la psicología. Esto es lo que está detrás del SER o NO SER de la filosofía shakespeariana.

A diferencia de muchas otras corrientes místicas del pasado, la Gnosis siempre se ha distinguido por el hecho de dar respuestas muy claras allí donde muchas otras ideologías o religiones solo han podido ofrecer dogmas de fe. El Gnosticismo, en su trayectoria, ha tenido como enemigos a los tiranos de la teología y a los fanáticos que prefieren colar el mosquito y tragar el camello.

Con justa razón el venerabilísimo autor de estas páginas llegó a decir una vez: «La Gnosis vive en los hechos y se marchita en las abstracciones intelectuales, y es muy difícil de hallar aun en los pensamientos que se precian de ser muy puros».

Finalmente digamos con Goethe: «Toda teoría es gris y tan solo es verde el árbol de dorados frutos que es la vida».

Kwen Khan Khu