Una de las metas del verdadero ocultismo es la de llevar al estudiante hasta la reconquista del estado angélico y, unido a esto, a la conquista del Lenguaje de Oro. El Gnosticismo nos habla, en su vertiente relacionada con la antropogénesis, que los antiguos habitantes de la Lemuria −continente que otrora estaba situado donde está el océano Pacífico− hablaban en el orto purísimo de la divina Lengua Sagrada. Eran los tiempos del Adam-Kadmon, y el hombre era el reflejo de Dios sobre la Tierra. Entonces los elementos obedecían al hombre y este los manejaba con el poder del verbo.
Recalca la Gnosis que a medida que el devoto del Real Camino va despertando Conciencia, este va captando el Lenguaje Mántrico en el cual hablan los Ángeles, Profetas, Dioses y Diosas de los mundos superiores o hiperespacio.
La Lengua de Oro o Lenguaje Mántrico pertenece a las esferas sublimes del Espíritu, razón por la cual de ninguna manera está conectado con el lenguaje profano que hablamos los pobladores de nuestro mundo.
El Lenguaje Mántrico tiene el poder de penetrar en las distintas formas de energía o, dicho de otro modo, en las distintas manifestaciones de la Mulaprakriti −Madre Cósmica−, y por ello tiene el poder de producir efectos físicos y metafísicos en el medio ambiente circundante.
Así tenemos mantras para curar, por ejemplo, dolencias en nuestro cuerpo físico, mantras para equilibrar nuestra mente, mantras para hacernos obedecer por nuestros hermanos menores −los animales−, mantras para que algún anhelo justo se concretice, se realice, mantras para ahuyentar peligros que nos amenazan, mantras para solicitar ayuda divina, etc., etc., etc.
Es por tanto el Lenguaje Mántrico una herramienta extraordinaria para el peregrinar místico del devoto.
Esta obra, Diccionario Mántrico, es una magnífica recopilación de muchísimos mantras extraídos de los mundos superiores de Conciencia por un hombre de Conciencia despierta en un ciento por ciento. Ese hombre es el V.M. Samael Aun Weor, Kalki Avatara de la Era de Acuario y Buddha Maitreya del Budismo japonés. Gracias a las investigaciones de este excelso Maestro de la Blanca Hermandad, los amantes de la Gnosis tienen hoy entre sus manos la riqueza inefable del lenguaje en el que las Jerarquías Divinas hablan y determinan los acontecimientos diversos que conforman la vida en sus distintas manifestaciones.
Ahora te toca a ti, amigo lector, comenzar a prepararte para el advenimiento del Verbo, de la Gran Palabra, y ese es el fin último perseguido por la práctica de la disciplina interior que enhorabuena siempre te señalará la Gnosis de todos los tiempos.
Mediante el estudio de estas páginas nuestro apreciado lector comenzará a dar sus primeros pasos hacia la obtención de la Palabra Perdida.
La tradición esotérica nos dice rigurosamente: «Al que sabe, la palabra da poder; nadie la pronunció, nadie la pronunciará, solo aquel que la tenga encarnada».
OM TAT SAT
Hola, buenas tardes, me gustaría adquirir el libro