Aprendiendo a Meditar

Aprendiendo a Meditar 1280 720 V.M. Samael Aun Weor
Esta presentación es parte de un curso de auto-estudio facilitado por AGEAC

¿Qué es realmente la meditación? ¿Por qué es importante? ¿Qué significa meditar realmente? ¿Qué resultados podemos alcanzar meditando? En esta clase aprendemos: 1. Objetivo de la meditación. 2. Cómo la verdadera meditación trata de alcanzar una mente pasiva. 3. Estar pasiva es la verdadera naturaleza de la mente. 4. Sin embargo, los tiempos actuales nos empujan a estar activos, yendo así contra nuestra verdadera naturaleza y causando un significativo estrés como resultado. 5. Hay una manera de adquirir la habilidad de estar en paz, de este modo nuestra mente y sentimientos no reaccionan ante ninguna influencia. 6. El estado de mente y sentimientos pasivos nos puede llevar al despertar de la Conciencia o a tener la Conciencia activa. 7. La vida diaria puede ser un excelente entrenamiento para desarrollar la capacidad de tener mente y sentimientos pasivos y una Conciencia activa. 8. Este estado es el ingrediente fundamental para experimentar la verdad sobre nosotros y el mundo que nos rodea. 9. Aprendemos cómo adquirir y mantener este estado en la vida diaria. 10. Actuando de este modo, podemos experimentar el Vacío Iluminador, el estado de éxtasis o Samadhi. 11. Vemos un ejemplo de qué es el Samadhi. 12. Estudiamos si hay momentos más adecuados para meditar. 13. Aprendemos un ingrediente especial para tener una meditación exitosa. 14. Finalmente, exploramos si hay alguna posición o duración adecuados para la meditación. Extracto de esta clase: «Si queremos aprehender lo Real, si queremos experimentar la Verdad, si queremos sentir en nuestra psiquis ese ‘elemento’ que puede transformarnos radicalmente, necesitamos la calma y el silencio de la mente. No es cuestión de ‘poner la mente en blanco’, porque eso es absurdo; es cuestón de alcanzar la calma y el silencio de la mente, lo cual es diferente. No es cuestión de luchar contra los pensamientos que vienen a la mente hasta que la mente se quede quieta, no. Es más bien una cuestión de contemplar esos pensamientos, comprenderlos, contemplar los deseos inteligentemente, contemplar y comprender cualquier recuerdo que viene a la mente».