El que quiera llegar a entender el trabajo interior tiene que tomar en su vida, un día, la resolución moral de querer cambiar. Cuando la persona toma en serio la resolución moral de querer cambiar, entonces es cuando la Gnosis le empieza a dar sus frutos, porque esa resolución moral lo lleva a aplicarse la negación de sí mismo en serio.
Y la diferencia que hay entre la multitud de estudiantes que leen la Gnosis y el que la aplica es que se convierte ─ese que la aplica─ en enemigo de sí mismo, y no quiere tolerar ni un día más que el Yo le siga metiendo el dedo en la boca. Esa es la clave: tomar la resolución moral consigo mismo, no imponiéndole a nadie nada.
Cada quien que quiera realmente experimentar la Gnosis tiene que llegar a esa convicción; no intelectual, una convicción profunda. No una idea, es una convicción y una resolución íntima, y eso es lo que lo mantiene en el Camino. Obviamente, a eso se añade la perseverancia en las prácticas que da la Gnosis, en la metódica que da la Gnosis y en la voluntad, que hay que ir aumentando cada día…