Muy queridos lectores y lectoras:
Me comunico con todos/as vosotros/as en esta oportunidad para escribiros acerca de una obra del gran artista italiano llamado Rafael o Raffaello Sanzio de Urbino ─1483-1520─. El título de esta obra es…
…LA VISIÓN DE UN CABALLERO
Esta obra también es llamada El sueño de Escipión. La obra fue terminada en 1503-1504 y se halla en la National Gallery de Londres.
Existen varias interpretaciones acerca de esta obra. Algunos historiadores piensan que el caballero dormido a los pies del laurel es el general romano Escipión Emiliano ─185-129 a. C.─, y según los comentarios él debía elegir entre dos opciones: una era la virtud, simbolizada por un camino pedregoso y empinado que llevaba hasta un castillo pegado a una gran roca y entre dicha roca y el castillo se ve un puente que los conecta; la otra opción era el placer.
La virtud es mostrada con el cabello recubierto y vestida de manera sobria. La dama que representa la virtud le ofrece un libro y una espada, emblemas del saber y del valor.
El vestido de la mujer que simboliza el placer tiene su ropa recogida en su cadera y su cabello rubio se escapa de su velo ondulante mientas le ofrece a Escipión un ramito de flores que representa el amor. El duro camino del paisaje que representa la virtud muestra una roca escarpada, mientras que las suaves praderas del placer descienden hasta las orillas de un lago.
Ahora bien, caro lector, esta obra artística está ligada a los tratados alquímicos que circulaban en la época y que siguen siendo estudiados por los amantes del ars transmutatorio,que ha sobrevivido hasta nuestros días gracias al Gnosticismo contemporáneo samaeliano.
De este modo, a la luz de la Gnosis, lo que trata esta expresión artística es la decisión del aguerrido buscador de la verdad que necesita conquistar su espada de poder y el libro de la sabiduría. Estas conquistas requieren ser un aliado de la virtud de instante en instante, y es necesario saber relacionarse con el aroma del amor.
Indubitablemente, todo el que encamina sus pasos hacia la eternidad dirigirá sus pasos hacia la vía rocosa, Vía Seca, que lo conducirá hasta el castillo de Camelot o castillo del Ser.
Es muy curioso que en una oportunidad ─nos comenta el Maestro Samael─, cuando hubo de reiniciar sus trabajos alquímicos después de una pausa magnética, una dama le entregó un ramito de flores a la par que le dijo: «Aliméntate con la fragancia de estas flores…». Esa era la señal ─dice nuestro Patriarca─ de que lo invitaban de nuevo a bajar a la Novena Esfera ─el sexo─.
No cabe duda de que, para adueñarnos de la espada de poder, además de nuestras prácticas alquímicas, necesitamos poner en marcha el recuerdo y la práctica de las ocho virtudes necesarias para el despertar de los Fuegos Sagrados, a saber: saber amar, que haya paz, voluntad, comprensión, fidelidad ─a la esposa y al Gurú─, recta manera de sentir, recta manera de pensar, recta manera de actuar… Solo comulgando con estos mandamientos podemos ser merecedores de las dádivas del Espíritu Santo.
Aquellos que no aspiran a la liberación total pueden, sin embargo, recorrer el camino que conduce al Nirvana, representado aquí por la pendiente que desciende hasta el lago de nuestra obra. Esas son las dos vías simbólicas ligadas al Camino Secreto.
Bueno es señalar a nuestros queridos/as lectores/as el puentecillo que conecta a la gran roca con el castillo del Padre. Este es el puente representativo de los ocho años de Job,durante los cuales hemos de ahorcar a nuestro Judas interior según lo establece nuestra doctrina.
Así pues, pacientes lectores/as, ved que toda esta temática nada tiene que ver con las teorías especulativas de índole intelectualoide que existen por doquiera en el ámbito de nuestro mundo…
Permitidme ahora ofreceros unas frases que merecen nuestra reflexión:
«Lo que es imposible corregir, la paciencia lo hace tolerable».
Horacio
«Con la paciencia y la tranquilidad se hace todo…, y algo más…».
Franklin
«El arte y la ciencia no bastan, sino que es, además, indispensable la paciencia».
Goethe
«Todos los hombres recomiendan la paciencia, aunque pocos están dispuestos a practicarla».
Kempis
«Los males que no tienen fuerza para acabar la vida no la han de tener para acabar con la paciencia».
Cervantes
«El genio no es más que una larga paciencia».
Herault de Sechelles
DIES DIEM DOCET.
─’Cada día nos enseña algo’─.
KWEN KHAN KHU