Muy queridos/as amigos/as:
Me complace haceros llegar la descripción esotérica acerca del presente grabado que fue titulado en su época como:
LA INFANCIA – ALBA
Dicho grabado fue realizado por un artista llamado Hieronymus Wierix, quien vivió en Amberes ─Bélgica─ entre los años 1553 y 1619. Su trabajo en verdad tiene contenidos que bien vale la pena escudriñar para nosotros conocer, no solo las inquietudes anímicas de la época, sino para advertir a la humanidad entera acerca de cosas interesantes.
La realidad más cruda nos dice que nuestra vida es un peregrinar que comienza justamente en nuestra niñez y, como otras edades que iremos viviendo, está rodeada de diversas circunstancias que el artista quiso dejar plasmadas en esta obra.
Aunque nos parezca muy extraño ver a una mujer que en lugar de dos senos o pechos tiene en total cinco, lo que quiere representarse con esa dama son los cinco aspectos de la Madre Cósmica que nutren todas las formas de la creación. Ella es nuestra Virgen Madre. Es Ella quien nos trae al mundo en su hora y en su momento, y tal es el motivo por el cual a su lado aparece otra mujer que lleva en sus piernas un saco de muchas monedas. Esta otra mujer es la representación del karma, que trae para nosotros, en nuestra existencia, determinados valores dhármicos ─premios─ o karma ─castigos─. Es tal el motivo por el cual la mujer de las monedas va acompañada de la palabra latina SICVRITAS, queriéndose señalar la seguridad, la protección, la salud, la riqueza o pobreza en la que viviremos nuestra trayectoria.
Resulta interesante que esta mujer de las monedas lleva en una de sus manos un plato o platillo que tiene una base como si se tratase de uno de los platillos de la balanza cósmica, y en este caso se trata del platillo que simboliza al dharma. También es esta fémina quien lleva en su otra mano una ánfora. Tal ánfora contiene las aguas de vida que determinan los valores Bobbin-Kandelnost que nos ayudarán o no a soportar los avatares de nuestro peregrinar dependiendo del uso que hagamos de esos valores.
Encima de la Madre Divina, que ya hemos explicado, observamos la palabra NATVRA aludiendo a la naturaleza y sus variadas manifestaciones.
De los senos de la Divina Señora salen fluidos de leche para indicarnos que Ella nutre a los tres reinos: animal, vegetal y humano. Por ese motivo niños, venados y otras criaturas se apresuran a recoger en sus bocas el precioso líquido que da la vida.
Detrás de estas dos mujeres que acabamos de describir aparece el carruaje que las transporta. Misteriosamente, como no podía ser de otra manera, tal carruaje lleva inscrita la palabra latina AURORA. Tal palabra hemos de interpretarla como el amanecer de nuestra existencia.
En tal carruaje se ve a unos niños jugando, pues en verdad en nuestra infancia solo queremos jugar. No estamos aún estresados por los problemas que luego, a medida que vayamos creciendo, nos van a ir agobiando en nuestra propia vida.
Detrás de aquellos niños observamos a otra doncella que lleva sobre su cabeza la palabra latina INOCENTIA, y es que, amigos y amigas, en nuestra niñez gozamos de la inocencia porque los agregados psicológicos aún no controlan nuestra máquina orgánica y nuestra psiquis.
Al lado derecho de la representación de la inocencia aparece un caballero que lleva sobre su cabeza la palabra latina PAX. Esto simboliza a la paz de la que gozan los infantes y todos aquellos que hayan logrado retomar la inocencia con el trabajo psicológico fecundo que hayan realizado sobre sí mismos. Este caballero antes citado lleva sobre su cabeza una corona de laureles para indicarnos que la paz es el don maravilloso del que gozan todos aquellos que han eliminado el EGO ANIMAL.
Al lado izquierdo de la mujer que simboliza a la inocencia vemos otra que va adornada con la palabra latina CASTITAS. Fuera de toda duda, esta palabra alude a la legítima castidad de cuerpo y de alma que pueden llegar a alcanzar los espíritus aguerridos que buscan el Reino del Ser. Sin castidad en la mente, en el corazón y en el sexo resulta imposible ingresar en el Reino de lo Innombrable, así está escrito.
Es curioso observar que las mujeres que representan a la inocencia y a la castidad están unidas por ramas de laurel. Esto nos augura que esas virtudes nos llevarán al triunfo esotérico o triunfo hermético.
Regresando ahora hacia la mujer que está alimentando con su leche materna a las criaturas de Natura, podemos observar, a su lado y detrás de ella, a un trovador que está haciendo sonar un laúd. Este caballero va acompañado en este grabado con la palabra latina LAETITIA, la cual ha de traducirse como ‘regocijo’, ‘alegría’. Esta palabra nos recuerda la frase bíblica que nos dice: «Hay más alegría en los cielos por un pecador arrepentido que por mil justos que no tienen nada de que arrepentirse». Reflexionemos en estas cosas, estimado lector.
Al frente de este carruaje avanza decididamente un infante que porta una banderola. Este infante representa a los Adeptos que han logrado dar testimonio de la Gran Obra interior y por ello llevan una banderola o estandarte.
En el centro del grabado, a lo lejos, apreciamos un castillo que no es otro que la morada filosofal de nuestro rey interior.
Tampoco debemos pasar por alto al hombre que está cerca de las ruedas del carruaje y aparece postrado ante Dios arrepentido de haber perdido su vida en vaguedades. Tal es el motivo por el cual vemos cerca de él un látigo con el que, seguramente, ha estado azotándose buscando el perdón del SER.
Finalmente, paciente lector, he aquí la prueba evidente según la cual gran parte del esoterismo aún permanecía mostrado ─en siglos de la Edad Media─ al público por pintores esoteristas o herméticos, pero, lamentablemente, todo cubierto con el velo del hermetismo.
Existe una frase final que acompaña a nuestro estudio y es la siguiente:
«Aurorae similis cum sit primeval Juventus aetati merito prime quae vindice nulla sponete sua sine lege fidem, rectumq colebat».
Esta frase debemos interpretarla de esta manera:
‘La juventud, semejante a la aurora, estando en la primera parte de la vida, como primer beneficio’.
Os acoto, finalmente, unas frases para ser reflexionadas:
«No hay cosa tan terrible como perder la inocencia».
Chateaubriand
«El gran secreto de ser feliz es ser inocente».
Focilides
«La unión del amor y la inocencia parece ser el paraíso terrestre. Es la dicha más agradable de la vida».
Rousseau
«La fuerza más fuerte es un corazón inocente».
Victor Hugo
«La inocencia está siempre rodeada de su propio esplendor».
Massillon
MAGNIFICAT ANIMA MEA DOMINUM
─‘Mi alma engrandece al Señor’─.
KWEN KHAN KHU
Hola amigos
Cuando habra un nuevo articulo del maestro ? A nosostros es de mucha ayuda . Muchas gracias