La tradición hermética es aquel sistema doctrinario que sea capaz de ligar, o religar, al hombre con su identidad original, con su Real Ser Interior, el Real Ser del cual habla la filosofía, a través de unos parámetros iniciáticos, parámetros auténticos, que vayan desarrollando dentro de una persona de forma práctica lo que sería un proceso iniciático que conduce finalmente a la Autorrealización Íntima de ese Ser del que estamos hablando. Una legítima tradición hermética, tiene que estar compuesta en su forma y en su fondo de métodos y sistemas capaces de lograr lo que los budistas llaman la “decapitación psicológica”, la muerte del mí mismo y de la personalidad del sujeto practicante. Unido a eso, tienen que estar presentes la ciencia de la Alquimia o del las transmutaciones o permutaciones, y que tiene connotaciones de tipo sexual; y tiene que manifestarse el amor desinteresado por nuestros semejantes como moneda de pago a los Arcóntes de la Ley o del Destino, para que permitan que esa persona sea aceptada en los Misterios Iniciáticos y ser asistida y ayudada, a lo largo de su vida, a alcanzar su liberación.