El jardín de la diosa Pomona, Léon Davent, mediados del siglo XVI.

El jardín de la diosa Pomona

El jardín de la diosa Pomona 850 480 V.M. Kwen Khan Khu

Mis entrañables lectores y lectoras:

Con mucho placer os hago llegar la descripción de este grabado titulado…

…EL JARDÍN DE LA DIOSA POMONA

Ante todo hemos de decir que el presente grabado titulado El jardín de Pomona fue hecho por Léon Davent, un grabador francés de mediados del siglo XVI. El dibujo original del grabado fue realizado por Francesco Primaticcio ─1504-1570─, un pintor, arquitecto y escultor italiano que pasó la mayor parte de su vida en Francia. Los dos, Léon Davent y Francesco Primaticcio, fueron unos de los principales artistas que trabajaron en el palacio real de Fontainebleau ─Francia─ entre los años 1531 y 1547.

El jardín de la diosa Pomona,
Léon Davent, mediados del siglo XVI.
El jardín de la diosa Pomona,
Léon Davent, mediados del siglo XVI.

Este grabado está dedicado a Pomona y su jardín, la diosa romana de las frutas. En la mayoría de los cuadros, Pomona aparece en medio de un jardín lleno de frutas acompañada del dios Vertumnus.

En la parte derecha del dibujo se pueden observar tres personajes trabajando la tierra, tres hombres desnudos o semidesnudos guiados por una mujer. Esta mujer es la representación de la Divina Madre ─Stella Maris─. Ella siempre observa detenidamente nuestros trabajos alquímicos. Los tres varones vienen a ser la representación de LAS TRES FUERZAS PRIMARIAS DE LA CREACIÓN.

En el pedestal rectangular, a modo de altar porque tiene ofrendas de frutas en cestas, parece que se escribe en francés Fontaine d´eau ─‘la fuente de agua’─.

En él podemos apreciar una escultura que representa a Príapo, un dios de la fertilidad en la mitología griega. Se le representaba como un dios itifálico cuya misión era guardar las viñas y los jardines, especialmente los vergeles. El más interesante comentario encontrado sobre este dios es que, según Diodoro ─historiador y mitógrafo griego, 90 a. C.-30 a. C.─, Príapo estaba relacionado con el mito de Osiris. Sería la deificación por Isis de la virilidad de Osiris.

Al lado derecho de este altar o escultura, en su parte posterior, aparece un hombre. Este hombre simboliza la supervisión de las dinastías solares sobre el desarrollo de la Gran Obra interior. Posteriormente, en primer plano, se puede observar a dos mujeres acompañadas de un niño, arrodilladas frente a otras dos mujeres apoyadas contra un árbol. Estas dos mujeres arrodilladas son partes de nuestro REAL SER, y una de ellas representa la virtud de la HUMILDAD, por lo cual lleva una corona de laureles y con una de sus manos lleva un enorme ramo de hierbas sagradas. El niño que las acompaña simboliza al Cristo naciente. Llama la atención la posición en X de los brazos de una de ellas. Esta posición revela los cruces incesantes de nuestro Azufre con nuestro Mercurio. Las otras dos mujeres apoyadas en un árbol representan igualmente partes de nuestro propio SER. El SER es el mismo Árbol Sephirótico que soporta a sus diversas partes sagradas.

Seguidamente podemos ver otras dos figuras masculinas acompañadas de una femenina saliendo de una construcción semejante a un túnel y llevando dos columnas en sus hombros. Tales figuras son los trabajadores internos de nuestra obra alquímica y las dos columnas que llevan sobre sus hombros son los canales metafísicos que se hallan a ambos lados de nuestra espina dorsal ─léase: IDÁ y PINGALÁ─.La mujer que acompaña a estos dos varones es, nuevamente, nuestra bendita Diosa Madre Kundalini, quien va haciendo avanzar el trabajo transmutatorio.

Las enciclopedias nos cuentan que Pomona era, en la mitología romana, la diosa de la fruta, y, por extensión, de los árboles frutales, los jardines y las huertas; también lo era del olivo y de la vid. El cuchillo de podar o la hoz fueron sus atributos.

El nombre de la diosa deriva claramente de pomum, ‘fruta’, y es llamada por ello Patrona pomorum, ‘Señora de los frutos’. Tenía un bosque sagrado, el Pomonal, en el camino de Roma a Ostia. Un flamen cuidaba de su culto. El flamenera un sacerdote romano considerado como la estatua viviente del Dios al que prestaban sus servicios. La persona del flamen era sagrada e inviolable. Eran herencia de una antigüedad llena de sombras mistéricas. Su nombre, de la misma raíz indoeuropea que el término indio brahmán, hacía referencia al soplo ─flatus─ con el que encendían el Fuego Sagrado del altar. Eran los sacerdotes más prestigiosos de la antigua Roma, equiparándose incluso a los pontífices.

La esposa de un flamen era considerada igualmente sagrada, siendo el símbolo de la piedad conyugal y de la castidad. Ella tenía que tejer la ropa ceremonial de su esposo, un manto púrpura de lana.

Durante las ceremonias usaban una mitra coronada con una rama de olivo para él y una rama de granado sobre un peinado puntiagudo ─tutulus─ para su esposa. Si durante un sacrificio al sacerdote se le caía el gorro o mitra era expulsado al instante del cargo que ocupaba.

La pareja de Pomona era el dios Vertumnus, el cual, gnósticamente, no es otro que LUCIFER, y personificaba la noción del cambio, de la mutación de la vegetación durante el transcurso de las estaciones. A Vertumnus se le atribuía el don de transformarse en todas las formas o cosas que desease, que viene a ser uno de los atributos del bendito Lucifer.

El más famoso relato sobre el mito de Vertumnus y Pomona es el de Ovidio ─poeta romano, 43 a. C.-17 d. C.─, comentado en su obra Las metamorfosis. En esa obra de Ovidio se comenta que Vertumnus toma la forma de una anciana e insta a la reacia diosa a casarse mostrándole un olmo enlazado por una vid. Indudablemente que para que nuestro jardín alquímico sea florecido se necesita de las fuerzas masculinas y femeninas, y de allí tal proposición. Por ello, en la pintura y la literatura el olmo enlazado por una vid fue usado como símbolo del matrimonio, de una unión para la eternidad. El viejo olmo nunca morirá, siendo siempre alimentado por la vid. Os adjunto ahora una hermosa pintura que ilustra este mito, atribuida al pintor italiano Giovanni Francesco Melzi ─1493-1572─, alumno de Leonardo da Vinci. Obsérvese que en esta pintura se puede ver a lo lejos un puente rocoso en el cual, gnósticamente hablando, debemos ahorcar a nuestro Judas interior. Asimismo, cerca de ese puente, a la derecha de la diosa Pomona, se nos señala un riachuelo que discurre y que alegoriza la Vía Nirvánica, mientras que al lado derecho de la anciana ─Lucifer─ podemos apreciar una zona montañosa, rocosa, árida, que nos indica la Vía Seca alquímicamente hablando. Ambas figuras, la diosa Pomona y la anciana ─Lucifer─,están sentadas al pie del olmo, que es abrazado por la vid, y unas rocas les sirven de asiento.

La diosa Pomona y la anciana — Giovanni Francesco Melzi (1493-1572)
La diosa Pomona y la anciana — Giovanni Francesco Melzi (1493-1572)

Permitidme ahora regalaros unas frases para vuestra reflexión:

«El genio triunfa siempre, genio que se deja vencer no es nunca genio».
Benavente

«El talento es una magistratura, el genio es un sacerdocio».
Victor Hugo

«El genio es una revelación de Dios».
Calderón

«El genio se compone del dos por ciento de talento y del noventa y ocho por ciento de perseverante aplicación».
Beethoven

«Los genios son una dinastía. No hay otra. Ellos llevan todas las coronas, incluso la de espinas».
Victor Hugo

DE PROFUNDIS.
─‘Desde las profundidades’─.

KWEN KHAN KHU