Felipe, el Apóstol de Jesús, existe dentro de nosotros mismos, aquí y ahora.
Felipe asiste al invocador y lo saca en cuerpo astral.
Tales invocadores suelen recibir múltiples beneficios.
Este tipo de invocaciones se realiza al entregarnos al sueño normal.
Felipe también puede llevar al invocador con cuerpo físico y en estado de jinas.
«Al cielito, Felipe», es la clave de la invocación. Repítase tal frase millares de veces.
Si se quiere llevar el cuerpo físico, se le ruega el servicio a Felipe. Si solo se quiere llevar el astral, se le ruega el servicio a Felipe. Se le habla a Felipe, se le suplica a Felipe.
Para salir en astral se requiere un poco de sueño. Para llevar el cuerpo físico en estado de jinas se requiere menos sueño y muchísima fe.
El lector debe estudiar nuestro Libro Amarillo.
Uno es el Felipe histórico, otro el Felipe íntimo; cada uno de nos tiene su Felipe.
Los doce Apóstoles son las doce Potestades dentro de nosotros mismos.
Los doce Apóstoles son las doce partes de nuestro propio Ser.
Repetimos esto para bien de nuestros devotos.
Samael Aun Weor
Pistis Sophia develada (capítulo 42)