Muy amados compañeros/as:
Permitidme saludaros y haceros llegar unas palabras para conmemorar…
…UN AÑO MÁS DE LA ERA DE ACUARIO
El 4 de febrero de 1962 marcó un antes y un después en la historia de la humanidad terráquea. Esta fecha dijo adiós a la era de Piscis, marcada por el raciocinio, para saludar a la era de Acuario, que será regida por la INTUICIÓN.
Empero, existe una brecha entre ambas regencias, pues el karma provocado por los abusos del intelecto en la era de Piscis es muy alto y sus consecuencias las estamos viendo: hambre, miseria, guerras, degradación humana, pestes, virus, ateísmo, fracaso de la filosofía, de la ciencia, del arte y de la mística, confusión política mundial, economía egoísta, capitalismo grosero y comunismo inescrupuloso, etc., etc., etc.
Se dice que la humanidad de Acuario conquistará la Ley de la Gravedad y entonces el género que será verdaderamente humano contará con naves espaciales para viajar por el espacio sideral. La ciencia de Acuario será una CIENCIA CON CORAZÓN, una ciencia unida a la mística, una ciencia liderada por el SER…
En la era de Acuario propiamente dicha, el verdadero hombre dirá adiós a las guerras, porque las tres guerras mundiales que sucedieron en la era de Piscis habrán dejado una cicatriz muy honda en el alma de los terrícolas y no querrán volver a vivir semejantes infiernos.
Esto será posible porque la historia recordará al Avatara de Acuario ─V.M. Samael Aun Weor─ y sus sagradas enseñanzas que entonces serán valoradas por las masas sociales y venerarán al Logos Marciano como el precursor de esa gloriosa era.
En la era de Acuario no existirá NI LO MÍO NI LO TUYO, pues el egoísmo habrá sido erradicado de la estirpe humana como se erradica un cáncer de un enfermo que lo haya padecido. Volverá la GRAN RELIGIÓN SOLAR a reinar sobre la Tierra y las multitudes habrán comprendido qué es eso que llamamos Dios.
Empero, lo volvemos a repetir, antes de que esto suceda la Tierra deberá vomitar los venenos que ha tragado durante la era de Piscis para poder digerir los efluvios de la constelación del aguador.
En la era de Acuario, la humanidad recordará con asombro los extravíos y perversidades de la raza Aria: los abortos, las drogas, el alcoholismo, el lesbianismo, el homosexualismo, el travestismo y la deshumanización de muchísimas mujeres arias que se posicionaron contra la maternidad y apostaron por asesinar a su propia progenie aun antes de nacer. Acuario será regida por individuos sagrados de nuestro propio mundo y de otros mundos, quienes nos visitarán para ser los Heraldos de una nueva Aurora.
En la era de Acuario, los grupos humanos que habitan el reino subterráneo ─léase: Agarthi─ abandonarán sus cavernas sagradas para hacer alianzas con los moradores de la superficie, aquellos purificados por el Espíritu Santo, aquellos que sabrán honrar a su Padre y a su Madre como lo dejó escrito Moisés en uno de sus Diez Mandamientos.
Así pues, ínclito lector, trabajemos con rigor en la muerte del Ego animal, fabriquemos nuestra propia alma para tener individualidad sagrada y sacrifiquémonos por nuestros semejantes para que podamos ser testigos de este nuevo orden con el cual el santísimo THEOMEGALOGOS bendecirá nuevamente a la Creación.
¡Salve a los Hijos del Sol!
¡Salve a los Dioses Sagrados!
¡Salve a los adoradores del Fuego!
¡Benditos los que les amen y les sirvan!
¡Salve, Salve, Salve…!
Oremus……
Kwen Khan Khu
Gracias infinitas estimado maestro. Por su lucha, su sacrificio, su entrega para dar un mensaje de salvación en este momento en que nos encontramos. No soy más que una insignificante persona que ha encontrado en sus palabras, en sus enseñanzas, en su reiteración y propósito de hacer más entendible a nuestro degenerado intelecto las enseñanzas del gran y bendito avatara de nuestra era, un aliento, un sentido, un propósito poderoso y trascendental de vida. Sin embargo, no creo estar a la altura, ni de lejos, de la profundidad de este bendito mensaje. Busco la luz incansablemente dentro de mí, y sé que me he perdido por mi culpa, mis errores, mi inconsciencia. Con atrevimiento quisiera terminar diciendo: «Señor, no soy digno de que entres en mi casa; pero una palabra tuya bastará para curarle”. Paz inverensial.