La diplomacia, V.M. Kwen Khan Khu

La diplomacia

La diplomacia 850 480 V.M. Kwen Khan Khu

Estimados amigos/as lectores/as:

Comparto con todos vosotros estas aclaraciones esperando que ayuden a todos en esta interesante cuestión de…

…LA DIPLOMACIA

Hola, querido Maestro.

Desde hace días he querido pedirte lo siguiente:

  1. ¿Sería posible que algún día nos dieras orientaciones a todos sobre lo que es la Diplomacia como un valor del Espíritu?
  2. Me llama mucho la atención que, precisamente, el Padre del V.M. Samael lo haya enviado a este mundo para desarrollar ese valor, esa virtud en particular.
  3. Sobre todo, siento que necesitamos aclaraciones en relación con las diferencias entre la verdadera diplomacia, como un valor superior, y:
    1. La hipocresía.
    1. La falsedad.
    1. El disimulo ─que el Maestro dice que es un crimen─.
    1. La apariencia de cosas.
    1. O cuando, por querer ser sinceros, venimos y decimos a todos la verdad en su cara, cayendo así en la intolerancia y en la falta de comprensión y respeto hacia nuestros semejantes.
  4. También sería interesante que nos dieras luz sobre:
    1. ¿Cómo debe o puede expresarse la diplomacia entre un Maestro y su discipulado?
    1. ¿Cómo debe manifestarse entre un instructor y sus alumnos, o entre los propios instructores con sus colegas?
    1. ¿Cómo podemos calibrar esto?
    1. ¿Qué parámetros debemos observar para saber si nos estamos desviando hacia los extremos?

Creo que es muy importante que todos los instructores tengamos esto muy claro.

Muchas gracias, Maestro. Ojalá, en su momento, puedas ayudarnos con este tema.

Respuestas:

  1. La diplomacia es, ciertamente, una virtud que impide la expresión del orgullo, la soberbia, la ira, la intolerancia y el amor propio.
  2. El SER del V.M. Samael lo envió a este mundo a aprender diplomacia ─nos decía─ porque sabía que en este mundo es una virtud inexistente. Los políticos actuales de nuestro mundo son simplemente MENTIROSOS y FALSOS y a eso lo llaman DIPLOMACIA. Recordemos la experiencia que tuvo físicamente nuestro Patriarca en tiempos del inquisidor TORQUEMADA, cuando por querer mostrarle su estado ─del Maestro─ de hastío por las actitudes justamente de Bruto ─reencarnado en la Edad Media─ y la ineficacia de la iglesia como correctora, entonces TORQUEMADA mandó a aprehender al Maestro, lo ataron a un poste y lo quemaron vivo en esa hoguera.
  3. La diplomacia no tiene nada que ver con las acostumbradas actuaciones del Yo en materia de DISIMULOS ENGAÑOSOS, ESTADOS DE FALSEDAD ANTE EL PRÓJIMO, como por ejemplo cuando se tiró la bomba atómica sobre Nagasaki e Hiroshima y se habló entonces de querer buscar la DEMOCRACIA para Japón. Eso es falso. Lo único que quisieron los americanos fue querer demostrar al mundo que eran más «poderosos» en el campo de batalla.

La HIPOCRESÍA no es diplomacia, pues se basa en tratar de engañar al prójimo con una pose, con un gesto, con unas frases que no sentimos en el corazón, etc., etc.

La APARIENCIA DE LAS COSAS es también otro modo de timar a nuestros semejantes. Ejemplo: Cuando el dictador Ceaucescu, en Rumanía, sabía que gente occidental iba a visitar su país ─Rumanía─, entonces mandaba decorar miles de casas con pinturas que daban la impresión de que el país iba bien, cuando todos en verdad pasaban hambre terrible.

Igualmente, DECIR A LA CARA DE UN SEMEJANTE unas pseudoverdades con el pretexto de querer parecer nosotros SINCEROS ante ellos es una forma de AUTOENGAÑO pero no es DIPLOMACIA. El ser humano ama el AUTOENGAÑO pero le cuesta mucho refinarse para ser cuidadoso del verbo, de los pensamientos y los actos.

  • Un Maestro con sus discípulos a veces debe ser diplomático para que no se quemen. Ejemplo: En una oportunidad el Maestro, en una cámara superior, nos dijo a los que estábamos allí: «Voy a decirles sus defectos pero utilizaré nombres de personajes de la historia porque no quiero ofenderlos a ustedes». Entonces empezó a decir: «Aquí tenemos a un Justiniano, que siempre anda tratando de justificar sus peores actuaciones contra los demás; tenemos también a un RASPUTÍN, que anda siempre buscando oportunidades sexuales doquiera que va…», etc., etc., etc. Y siguió nombrando personajes tremendos de la historia.

Empero, si un Maestro tiene que zarandear a un discípulo no le quedará más remedio que apelar a la fuerza de Geburah ─el rigor─, y probablemente a solas o enfrente de otros discípulos lo regañará fuertemente para que no se desvíe.

Los instructores con sus alumnos deben ser pacientes y diplomáticos. Esto se consigue cuando el instructor se incluye como uno más que está errado y advierte de las consecuencias del error. ¿Por qué? Pues porque el instructor se acuerda de que él ha cometido tales o cuales faltas como lo están haciendo sus alumnos.

Los instructores con sus colegas deben ser diplomáticos, pues siempre deben recordarse, mediante la autobservación y la autorrecordación, que internamente los Hermanos Mayores son miles de veces más diplomáticos con todos nosotros.

Estas cosas podemos calibrarlas mediante la expansión de la autobservación.

Los parámetros que debemos utilizar para medirnos y darnos cuenta de que nos estamos yendo a los extremos son LA PRUDENCIA, LA PACIENCIA, EL ORGULLO, LA MITOMANÍA, LA MEGALOMANÍA, LA IRA. Cuando empezamos a caer en estos estados egoicos significa que estamos perdiendo la brújula del trabajo interior.

Eso es todo, queridos lectores y lectoras.

Os regalo ahora unas frases para la reflexión:

«La diplomacia es el arte de ganar con elegancia y de perder con dignidad».
Saavedra Fajardo

«El mejor diplomático es aquel que habla y dice menos».
Oscar Wilde

«Lo importante no es escuchar lo que se dice, sino averiguar lo que se piensa».
Donoso Cortés

«La discreción en las palabras vale más que la elocuencia».
Bacon

«La mejor parte del valor es la discreción».
William Shakespeare

HIC ET NUNC.
Aquí y ahora─.

KWEN KHAN KHU

Coordinador Internacional