Investigar el modus operandi de las hermandades tenebrosas es algo que solo a espíritus acuciosos les interesa. Desentrañar el Cosmos de arriba y el Cosmos de abajo –o inframundo– es la difícil tarea de aquellos hombres y mujeres solares que no se conforman con haber adquirido luz, sino, como bien dice un arcano secreto, «Hacer que esa luz brille».
Este es el caso del autor del presente tratado, quien ya en tiempos del antiguo Egipto fue un altísimo Hierofante de Misterios Mayores, y ahora, en pleno siglo XX, fue capaz de recuperar toda aquella sapiencia extrayéndola de sus propias entrañas mediante sacrificios conscientes y padecimientos voluntarios. Esa capacidad convertida en «caridad hacia el prójimo» es lo que llevó al V.M. Samael Aun Weor a lanzarse al rescate del alma de esa tenebrosa entidad conocida en el mundo de la Demonología bajo el nombre de Belcebú –Señor de las moscas–.
Lo más grande en esta aventura iniciática es que el autor del presente tratado lo consiguió, dejando de esta manera obsoletos todos aquellos pergaminos, manuscritos o grimorios que indicaban, siglos atrás, a los ignorantes atrevidos, los pasos a seguir para llegar a entenderse y pactar con los representantes del mundo soterrado. Ahora, Belcebú es un alma ansiosa de regresar a sus orígenes divinos, y está claro que los señores de la Gran Ley le marcarán las pautas necesarias para conseguir tal objetivo.
Eso es lo que en Gnosticismo suele llamarse AMOR CONSCIENTE, que solo existe y se manifiesta en las grandes almas o Mahatmas citados en el Hinduismo y en Budismo.
Sean para nuestro preclaro lector todas estas maravillosas narraciones recogidas en estas páginas un bálsamo sanador de todo ateísmo y de toda desolación.
FATA VIAM INVENIENT
–Los destinos hallarán su vía–
Kwen Khan Khu