El ejercicio más poderoso del mundo para desarrollar la clarividencia, es el llamado en ocultismo «ejercicio retrospectivo».
El discípulo, sumergido en profunda meditación interna, comienza su práctica así: trata de recordar detalladamente los últimos incidentes de su vida acaecidos en el día; luego, abordará el recuerdo de los penúltimos; enseguida, de los antepenúltimos, y así sucesivamente. Deberá, pues, aplicar su percepción y su atención retrospectiva a todo el drama de su vida. Acabará por recordar los últimos quince días, el último mes, el antepenúltimo…, el último año, el antepenúltimo, etc., siempre en forma retrospectiva, como quien está repasando la lectura de un libro desde la última página hasta la primera sin saltarse ninguna de las intermedias.
Sucede que al intentar recordar los primeros siete años de vida infantil, la práctica retrospectiva se vuelve más difícil. Sin embargo, tiene que admitirse que todos los incidentes, todas las representaciones de aquel período de nuestra infancia, están depositadas en la bolsa del subconsciente, y la tarea importante es sacar a la luz de la Conciencia esos recuerdos del fondo de esa bolsa.
Esto solo es posible en el acto de entregarnos al sueño. Todo ser humano se pone en contacto con el subconsciente durante el tiempo del sueño. Pues bien, en los instantes de estar dormitando, el discípulo combinará el ejercicio retrospectivo con el sueño; y se esforzará por recordar, repetimos, todos los incidentes de su vida hasta llegar a cuando tenía siete años de edad, siempre en forma regresiva: revisará año por año, desde el séptimo hasta el primero, y después hasta el instante en que nació. Téngase la seguridad de que los recuerdos irán surgiendo poco a poco, después de duros esfuerzos y de numerosas e infatigables prácticas retrospectivas noche por noche.
Samael Aun Weor
Logos, Mantra, Teurgia (capítulo 9)