Muy queridos lectores y lectoras:
Os envío en esta oportunidad un hermoso grabado que aparece en un libro de 1593 llamado Emblematum liber, cuyo autor fue Jean Jacques Boissard ─1528-1602─. Este personaje fue un poeta francés que proporcionó textos y dibujos para varios editores y grabadores franceses, flamencos y alemanes.
El presente grabado lleva por título en latín…
…INGRATITUDINE LANGUET AMICITIA.
─‘La amistad se apaga con la ingratitud’─.
Está muy bien que comencemos la descripción de nuestro grabado apelando al texto en latín que acompaña al mismo, veamos:
«Officium ingratus nullo qui foenore pensant
Orchomeni faciles non habet ille Deas.
Sed cribro similis: per aperta foramine cuius
integra si fundas flumina, tota fluent…».
Traducción:
‘El hombre ingrato que paga un servicio sin ningún interés no tiene el favor de las Diosas de Orcómeno, más bien es como un tamiz: entre sus agujeros abiertos, si se vierten ríos enteros, fluirán de inmediato’.
Incuestionablemente que esto queda ilustrado en el grabado de nuestro estudio, en el cual vemos a tres mujeres ─virtuosas─, una de las cuales vierte el agua de un cántaro sobre un tamiz y, obviamente, a través de los agujeros del mismo dicha agua se cuela de inmediato cayendo directamente sobre el pavimento.
Esta figura nos recuerda aquel proverbio español que reza de este modo: «Esto es equivalente a querer arar en el mar», o este otro: «Eso es igual a querer llenar de agua un barril sin fondo»…
Sin lugar a dudas, paciente lector/a, la ingratitud es una verdadera lacra que se adhiere a nuestro psiquismo y se manifiesta a través de nuestra personalidad.
Muchos han sido los hombres que han sido correspondidos a sus nobles tareas con el veneno de la ingratitud por parte de sus semejantes. Baste con recordar a los apóstoles del Gran Kabir Aberamentho. Todos ellos fueron martirizados hasta la muerte muy a pesar de que la única tarea que quisieron realizar fue salvar las almas de las multitudes. ¿Y cómo le ha correspondido la humanidad al mismísimo Yeshúa ben Pandira su sacrificio en la cruz?
Recordemos en su tiempo al mismísimo Julio César, quien, después de pasarse ocho años en las Galias queriendo expandir la civilización romana, fue traicionado por sus propios conciudadanos, quienes le pagaron sus servicios atentando contra su vida en el mismísimo Senado romano. Aún la historia recuerda el brutal crimen cometido justamente por Brutus ─Bruto─ y sus compinches carcomidos por la envidia.
La ingratitud está emparentada justamente con la envidia, y esta última con el amor propio. En nuestros tiempos actuales, el V.M. Samael Aun Weor dedicó toda su vida a hacernos llegar el tesoro de la Gnosis, para lo cual tuvo que realizar inmensos sacrificios de distinta índole, y, sin embargo, ¿cómo le ha pagado esta humanidad? ¿Cómo le hemos pagado inclusive muchísimos estudiantes del Gnosticismo? Respuesta: Con el desprecio más absoluto, la traición a sus ideales y la total indiferencia por parte de nuestra sociedad actual…
Para colmo, muchos de los discípulos del Maestro Samael que llegaron a conquistar la Maestría en nuestros estudios gracias a la guía de su preceptor, terminaron traicionándolo de la peor manera y, como postre final, terminaron denigrándolo. Obviamente, tales «maestros» fueron castigados por las jerarquías solares enviados a la Muerte Segunda o involución de sus almas.
Es bueno saber que la verdadera amistad es un vínculo sagrado, no lo olvidemos. Como conocedores del Gnosticismo trascendental y de la Ley de Recurrencia, no debemos olvidar que nunca sabemos si aquel amigo de una pasada existencia se convertirá en esta otra existencia actual en un cirineo que nos ayudará en un momento terrible de gran tribulación. Muchas veces la Gran Ley Divina se vale de un «viejo amigo» para ayudarnos a cancelar una antigua deuda que teníamos pendiente pagarle. Por ello, aquel refrán popular que nos recuerda «Haz el bien sin mirar a quién» resulta muy oportuno en estos renglones.
No debemos tampoco ser ingratos para con nuestro sacratísimo REAL SER o para con nuestra DIVINA MADRE. Él y Ella, muy a pesar de los milenios, nunca se han olvidado de nosotros y, aun sin merecerlo, siempre nos han asistido en múltiples circunstancias en las cuales estábamos perdidos material o espiritualmente.
A la ingratitud le gusta exclamar: «¡Un favor se paga con otro favor, y ya está!». Este tipo de frases lapidarias propias de corazones fríos y de falta de humanismo son típicas de personas que, en su ignorancia, se olvidan de que lo correcto sería decir: «¡Un favor se paga con el perfume de la fidelidad a una amistad!».
El V.M. Dante Alighieri, Maestro resurrecto y actualmente muy activo, colocó en su DIVINA COMEDIA a los traidores e ingratos en el noveno círculo infernal. Igualmente el V.M. Samael Aun Weor en su obra Sí hay infierno, sí hay diablo, sí hay karma, nos cometa que en su visita a las infradimensiones ─avernus, tártarus o infiernos─ de nuestro mundo, encontró allá en el noveno círculo a muchísimos personajes de la historia ─autores de grandes crímenes y traiciones diversas hacia sus semejantes─ involucionando entre las entrañas del abismo. Esta es la Muerte Segunda de la cual hablan las Sagradas Escrituras cristianas e hindúes. Estas almas deberán pasar miles de años en aquellas esferas tenebrosas hasta conseguir librarse de esos agregados infernales que les manipularon su psiquismo llevándolos a cometer actos execrables a causa de su ingratitud.
Las mujeres de nuestro grabado son semejantes a las Kharites ─Charites─. Eran consideradas Diosas de la gracia. En la mitología griega representaban el júbilo, la belleza y la abundancia, y en la mitología romana las Cárites fueron señaladas con el nombre de Gracias ─Gratiae─, y se llamaban: Castitas, ‘castidad’, Pulchritudo, ‘belleza’ y Voluptas, ‘deseo’. Tenían dos principales centros de culto, uno de ellos era la ciudad de Orkhomenos ─Orchomenus─, en Grecia. En la escultura clásica se las representa como tres hermosas mujeres desnudas bailando en círculo.
Permitidme ahora acotar unas frases que considero importantes para reflexionar:
«La amistad vieja es como el vino viejo, que cuanto más añejo más fuerte».
Antonio Pérez
«La primera ley de la amistad es pedir de los amigos cosas honradas y hacer cosas honradas por los amigos».
Cicerón
«La amistad hace de dos almas un alma».
Fray Luis de Granada
«La amistad que puede concluir nunca fue verdadera».
San Jerónimo
«La amistad es el casamiento del alma».
Voltaire
VERBA DOCENT, EXEMPLA TRAHUNT.
─‘Las palabras instruyen, los ejemplos arrastran’─.
KWEN KHAN KHU