Teatro moral de la vida humana

Teatro moral de la vida humana

Teatro moral de la vida humana 850 480 V.M. Kwen Khan Khu

Muy amados/as compañeros/as:

Os hago llegar en esta oportunidad un grabado extraído de un libro que en su edición española del 1703 se tituló…

…TEATRO MORAL DE LA VIDA HUMANA, EN CIEN EMBLEMAS CON EL ENCHIRIDION DE EPÍCTETO Y LA TABLA DE CEBES, FILÓSOFO PLATÓNICO.

Teatro moral de la vida humana, Otto Venio

Para comenzar diremos que en el prólogo del libro se explica que el impresor de este libro, habiendo adquirido las láminas originales de Otto Venio ─pintor famoso de los Estados de Flandes, 1556-1629─, lo sacó a la luz en otro tiempo con el título de Emblemas de Horacio, por estar basado en los versos latinos de aquel autor que van en cada hoja, y pidió encarecidamente para esta impresión que acompañase sus emblemas con algunos discursos en forma de explicaciones de los mismos.

El prólogo no está firmado y se desconoce el nombre del autor que hace los comentarios sobre los Emblemas de Horacio.

Este grabado, amigas y amigos, aparece titulado en la parte superior del mismo con estas palabras: «EL ESTUDIO ES LA CAUSA DE LA TRANQUILIDAD».

Empero, gnósticamente hablando, mejor sería titularlo «LA MEDITACIÓN Y LA ORACIÓN SON LA CAUSA DE LA TRANQUILIDAD».

El grabado va acompañado de un verso que reza de este modo:

«Al que se quiere aplicar
Al estudio de Virtud,
Nunca el miedo, ni el pesar
Pueden causarle inquietud,
Pues los sabe desterrar».

Ciertamente, queridos/as lectores/as, aquel que aprende a refugiarse en la ciencia de la meditación se convertirá en un espectador de todo lo que sucede a su alrededor, sin identificarse con los eventos que la naturaleza o el género humano desaten a su alrededor. Esta es la razón del hombre barbado que, acurrucado bajo un escudo, observa atentamente la violencia de otros semejantes tragados por el Yo de la ira, que intentan arremeter contra un personaje que huye despavorido hacia el mar como el conejillo que, asustado, busca refugio en lo que sea.

La misma lección nos entregan las dos damas que, tomadas de la cintura, permanecen impávidas mientras una de ellas lleva debajo de un brazo un enorme libro que, supuestamente, les sirve de consuelo con las instrucciones que contiene sobre la disciplina de saber abstraerse del ilusionismo mayávico que mantiene hipnotizada a nuestra humanidad.

Asimismo, al pie de esta ilustración vemos sentadas a dos personas. Muy probablemente se trata de un hombre y una mujer. El de la derecha parece ser un hombre que se ha quitado una máscara y la sostiene con su mano izquierda. Bueno es saber que la palabra persona, en latín, traduce ‘máscara’, y, ciertamente, todos los seres humanos no somos otra cosa que un manojo de máscaras que vamos mudando diariamente mientras afrontamos diversos acontecimientos o impresiones que llegan a nuestros sentidos. Esto nos remite a nuestra Psicología Revolucionaria que nos entregó nuestro Venerable Avatara, Samael Aun Weor, en uno de sus tratados.

Curiosamente, cerca del personaje que huye lleno de miedo se halla una especie de monja que lleva una especie de velo sobre su cabeza, mientras que con su mano diestra porta un incensario. Esto nos lleva a la moraleja gnóstica que nos dice: «Muchas veces tras el velo y el incienso también se esconde el delito…..».

Realmente, solo podemos liberarnos de los estragos de los diez mil agregados que llevamos en la profundidad de nuestra psiquis mediante la meditación permanente. Solo tal disciplina puede irnos acercando a nuestro SER, a nuestra realidad interior.

Arriba, en la parte superior de este grabado, vemos a los vientos desatados soplando con furia sobre el mar y sobre el género humano. Por ello, hemos de decir que solamente el verdadero Hombre puede enfrentarse inclusive a los elementos y hacerles frente sin salir lastimado por los mismos.

La Kábala gnóstica nos dice en uno de sus axiomas: «Gozoso en la esperanza, sufrido en la tribulación, sé constante en la oración……».

No debemos OLVIDARNOS DE SÍ MISMOS ante cualquier situación material o espiritual, pues cuando lo hacemos caemos en el sueño de la Conciencia.

Terminamos la descripción de esta magnífica lámina con unas frases para vuestra reflexión:

«El ánimo que piensa en lo que puede temer, empieza a temer en lo que empieza a pensar».
Quevedo

«Quien vive temeroso no será nunca libre».
Horacio

«El temor es la medida de las cualidades del ánimo».
Virgilio

«El que teme padecer padece ya lo que teme».
Montaigne

«Temed a los que os temen».
Proverbio persa

THEATRUM MUNDI.
─‘El teatro del mundo’─.

KWEN KHAN KHU