Muy queridos amigos y amigas:
Me complace haceros llegar en esta ocasión una hermosa imagen dibujada por el grabador italiano Ghisi Giorgo ─1520-1582─. La fuente de la composición es un fresco de alrededor de 1531 del Palazzo del Te, el principal proyecto de Mantua ─Italia─ de Giulio Romano ─1499-1546─, pintor, arquitecto y decorador italiano.
Este grabado lleva por título…
…EL NACIMIENTO DE MEMNÓN
Este grabado nos muestra a la derecha una mujer en su lecho que acaba de dar a luz. Su bebé pasa a ser recibido por dos Puttis ─dos ángeles─, quienes lo reciben de la diosa Artemisa de Éfeso ─diosa Diana para los romanos de entonces─.
A la izquierda del grabado apreciamos una mujer con dos antorchas, soplando y pasando el fuego de una mano a la otra.
Tal fuego la susodicha mujer lo alimenta con su soplo. ¿Por qué? RESPUESTA: Porque las jerarquías del fuego van determinando situaciones buenas o malas según el karma o el dharma que sea necesario provocar, y por ello el INRI sagrado aparece en manos de la dama, quien lo aviva con su soplo…..
Al fondo de este hermoso grabado vemos a Apolo ─Sol Invictus para los romanos, o Helios, el Sol, para los griegos─ montado en su carruaje solar.
En la mitología griega, Memnón fue un rey de Etiopía, hijo de Titono y Eos ─la diosa de la aurora─. Durante la guerra de Troya formó un ejército para la defensa de la ciudad y fue muerto por el guerrero griego Aquiles como venganza por haber matado a Antíloco. Tras su muerte, su madre envió a sus hermanos ─los cuatro vientos, los del norte, sur, este y oeste─ a recoger su cadáver. Eos no cesó de llorar la muerte de su hijo en toda la noche, y sus lágrimas se pueden ver todas las mañanas de frío en forma de rocío. Conmovido por el dolor de Eos, Zeus le concedió a Memnón la inmortalidad…..
Analizando el contenido de este grabado, hemos de decir que en el mismo se hace referencia a la mitología y, como bien dijera el célebre autor Mircea Elíade: «La mitología es el alma de la historia». Esta afirmación en verdad tiene una gran profundidad, pues detrás de los mitos existen severas explicaciones que muestran las causas originales de muchos acontecimientos que se han vivido en la historia de nuestro mundo desde remotas edades.
Lo que se nos señala, paciente lector, es el constante trajinar de los Bodhisattvas de Dioses o Diosas vivenciando o provocando acontecimientos fabulosos o trágicos en el escenario humano. Por esta razón, en el caso de nuestro grabado, acudimos al nacimiento de Memnón, quien en buena hora es atendido durante el parto nada menos que por la mismísima Divina Madre, representada por Artemisa de Éfeso. Ni duda cabe de que, cada vez que un Bodhisattva nace para determinar acontecimientos históricos, la Santísima Madre está sirviendo de enlace entre el mundo visible y ese otro que llamamos invisible.
El hecho de que Memnón sea entregado a los Ángeles de la Vida inmediatamente después de haber nacido nos dice a las claras que todo Bodhisattva es recibido en el terreno de lo existencial por las jerarquías angélicas, las cuales le ayudarán, en el transcurso de su trayectoria, para el cumplimiento de su misión. Empero, de igual manera se nos remarca que todo Bodhisattva puede tener debilidades que le pueden ocasionar la muerte, inclusive a manos de otra figura también de características divinas o semidivinas, como lo fue Aquiles.
Esta es la eterna lucha que se libra en el terreno del bien y del mal y, asimismo, el combate permanente entre fuerzas mezcladas en el devenir de la historia.
Por otra parte se nos dice que Eos, la madre de Memnón, envió a sus hermanos ─los cuatro vientos, correspondientes a los cuatro puntos cardinales─ a recuperar el cadáver de su hijo. He aquí, pues, las diversas corrientes sagradas en acción para demostrarnos que detrás de grandes acontecimientos se mueven invisiblemente ingentes energías destinadas a poner fin a un ciclo de actividades divinas para iniciar otros que les sucederán a continuación.
Resulta muy oportuno, estimados/as lectores/as, que observemos cómo se nos señalan las lágrimas de Eos convertidas en el mundo visible en el rocío mañanero. Esta es la mutación o mutaciones a las que asistimos día tras día en nuestro mundo tridimensional, sin percatarnos de ello a causa de nuestra Conciencia adormecida. Y, obviamente, como no podía ser de otra manera, en todo este enjambre de símbolos Zeus ─representativo de la voluntad suprema del Theomegalogos─ le concede la inmortalidad a Memnón en compensación por los sufrimientos de su madre, la inefable Eos.
Asimismo, dentro de toda esa gama de personajes mitológicos, bueno es resaltar que hasta los grandes titanes como Aquiles tienen un punto débil. En su caso fue su talón, el cual fue alcanzado por una flecha durante uno de los enfrentamientos, llegándolo a derrotar y a hacerle perder su vida. Por ello, en nuestra vida cotidiana, cuando queremos hacer alusión a la debilidad de un contrincante a lo largo de un enfrentamiento o combate, decimos: «El talón de Aquiles de fulano de tal es tal o cual detalle de su vida….., allí debemos arremeter para derrotarlo», etc., etc., etc.
Al fondo de nuestra ilustración podemos apreciar al divino Helios ─el Sol, o la inteligencia solar─ acercándose al lugar de los acontecimientos montado en su carruaje glorioso tirado por cuatro corceles. Estos cuatro corceles alegorizan los vehículos sagrados que debemos llegar a poseer en nuestra naturaleza anímica merced al trabajo con nuestros fuegos alquímicos, a saber: cuerpo etérico, cuerpo astral, cuerpo mental y cuerpo causal. Esto es llamado en la Kábala hebraica el carro de Merkabah. Algunas fuentes comparan con el personaje de nuestro carruaje a la misma Aurora o Eos, madre de Memnón, por el hecho de que pareciera que esta figura tiene pechos femeninos. Empero, en muchas ocasiones los dioses del Olimpo fueron mostrados con caracteres andróginos, teniendo una representación masculina y femenina a la vez.
Es obvio que en este caso Helios alude a las potencialidades solares que en todo momento están presentes en los momentos estelares del género humano.
Dicho personaje lleva entre sus manos una tela o tejido que enarbola mientras se acerca al lugar de nacimiento de Memnón.
Os entrego ahora unas frases que nos invitan a la reflexión:
«La adoración es una admiración trascendental».
Carlyle
«Cuando el corazón llora por lo que ha perdido, el espíritu ríe por lo que ha encontrado».
Doctrina Sufi
«El verdadero místico encuentra a Dios en todas las religiones».
Ibn Arabi
«El misticismo no es el éxtasis, es mucho más y mejor. Arranca del desprecio de todas las cosas de la vida, y concluye en el amor a todas las cosas de la vida; el desprecio nos levanta hasta encontrar un ideal que nos reposa, y con la cruz del ideal hallado vemos lo que antes era grande y odioso mucho más pequeño y más amable».
Ganivet
«Los mitos son las almas de nuestras acciones y nuestros amores. No podemos actuar más que moviéndonos hacia un fantasma. No podemos amar sino lo que creamos».
Paul Valery
FINIS CORONAT OPUS.
─‘El fin corona la obra’─.
KWEN KHAN KHU