Muy queridos amigos y amigas:
Con enorme gusto os hacemos llegar el presente grabado realizado por los hermanos flamencos, grabadores y editores de libros, Raphael Sadeler ─1584-1632─ y Johann Sadeler ─1600-1665─, y que aparece en el libro titulado De Aeternitate considerations ─‘Consideraciones sobre la eternidad’─, escrito por el jesuita alemán Jeremías Drexel ─1581-1638─ y publicado en 1631 en Ámsterdam. Esta obra contiene nueve comentarios en latín sobre la eternidad. Cada comentario va acompañado de un grabado.
El presente grabado lleva por título…
…CONSIDERATIO SEGUNDA. In quibus Natura reprasentet Aeternitatem
─‘SEGUNDA CONSIDERACIÓN. En la que la Naturaleza representa la eternidad’─.
En el frontispicio una cita del libro de Habacuc, octavo de los doce profetas menores de la Biblia:
«Incurvati sunt colles mundi ab itineribus AETERNITATIS eius. Habac. C. 3».
Traducción: ‘Las colinas del mundo se inclinaron ante los caminos de su eternidad. Habacuc. C. 3’.
Como variante de traducción citamos el Habacuc 3:6 de la Biblia: «Se hundieron las colinas antiguas. Sus caminos son eternos».
Añadimos un texto en latín de la parte inferior:
«Basiliscus, Salamandra, Phoenix, anulus aureus, mons igenus AETERNITATIS in terra monere possunt: aeternos in coelo facere non potest nisi beata AETERNITAS».
Traducción: ‘El Basilisco, la Salamandra, el Fénix, el Anillo de oro, la Montaña de fuego hacen recordar LA ETERNIDAD en la tierra: pero solo la bendita ETERNIDAD puede hacerlos eternos en los cielos’.
El presente grabado, además de su hermosura, viene a recordarnos los arquetipos ligados a la eternidad que encontramos en las escrituras sagradas de todos los tiempos.
Es por ello que los comentarios sobre dichos arquetipos se remontan a los tiempos en los cuales hasta las mismísimas colinas de nuestro mundo se prosternaban y se prosternan ante el Camino Secreto.
Para entrar en el análisis de este grabado debemos comenzar por el temido basilisco. Las leyendas herméticas lo mostraban de una manera bastante extraña y hacían hincapié en el cuidado que el alquimista debía tener con esa criatura, que a veces era presentada bajo la forma de una especie de gallo pero del cual salía una lengua de serpiente y su cuerpo terminaba en una cola también de serpiente. Sumamente venenoso, a tal punto que debía evitarse una picadura de tal criatura. Obviamente, yendo más allá del mito y buscando su posible conexión con la realidad, hemos de culminar describiéndolo como la representación del defecto infrahumano de la lujuria. De ninguna manera debemos olvidar que fue la lujuria la causante de la caída angélica de las primeras razas que aún conservaban características divinas. Fue justamente la lujuria quien pasó a ser el pecado original que sumió en la inconciencia al Adán y la Eva del Génesis bíblico.
En segundo término vayamos ahora a analizar la Salamandra. A tales efectos recurramos al V.M. Fulcanelli, quien, hablándonos sobre esta enigmática criatura, nos comenta:
«Salamandra, en latín, viene de sal y mandra, que significa establo y también cavidad de roca, soledad, eremitorio. Salamandra es, pues, el nombre de la sal de establo, sal de roca o sal solitaria. […]
De estas etimologías podemos sacar la conclusión de que la sal, espíritu o fuego nace en un establo, en una cavidad de roca o en una gruta… Ya basta. Acostado en la paja de su cuna en la gruta de Belén, ¿no es acaso Jesús el nuevo sol que trae la luz al mundo? ¿No es Dios mismo bajo su envoltura carnal y perecedera? ¿Quién ha dicho, pues, Yo soy el Espíritu y la Vida, y he venido a prender Fuego a las cosas?
Este fuego espiritual, informado y corporeizado en sal, es el azufre escondido, porque en el curso de su operación jamás se pone de manifiesto ni se hace sensible a nuestros ojos. Y, sin embargo, ese azufre, por invisible que sea, no es en absoluto una ingeniosa abstracción, un artificio de doctrina. […]
Por otra parte, la selección misma de la salamandra nos induce a pensar que nuestro alquimista debió de buscar mucho tiempo y emplear numerosos años en el descubrimiento del fuego secreto. El jeroglífico disimula, en efecto, la naturaleza psicoquímica de los frutos del jardín de Hespera, frutos cuya madurez tardía no disfruta el sabio hasta su vejez, y que no recoge sino casi en la atardecida de la vida, en el poniente (EsperiV) de una laboriosa y penosa carrera».
Sin duda, caro/a lector/a, hay que ser muy pacientes cuando se trata de apoderarnos de la sal del Espíritu o de este Fuego Secreto tan necesario para cambiar nuestra naturaleza. Se necesita ser muy juiciosos, muy éticos en nuestro trabajo, pues el fuego que buscamos hay que extraerlo de la roca o de las entrañas de nuestra sexualidad. Tal es el misterio de la salamandra en los arquetipos alquímicos. Es curioso que Fulcanelli llame a nuestra sal alquímica sal de roca o solitaria.¿Por qué?
Porque nadie imaginaría que tal sal es el mismo fuego del Altísimo y, sin lugar a dudas, la hallaremos siempre sumidos en nuestra soledad, imbuidos en nuestras reflexiones y en nuestra individualidad. Este es el motivo por el cual en nuestro grabado la salamandra está adherida a una roca en llamas. Recordemos, por otra parte, que nuestro Camino Secreto está compuesto por TRES MONTAÑAS y tales montañas son ígneas.
Pasemos ahora a investigar la figura que nos muestra al Ave Fénix de la mitología. A este respecto cedamos de nuevo la palabra al Venerable Fulcanelli quien, hablándonos sobre este singular pájaro, nos dice en su obra Las Moradas Filosofales lo siguiente:
«Así, una vez destruida la materia, mortificada y luego recompuesta en un nuevo cuerpo gracias al fuego secreto que excita el del horno, se eleva gradualmente con ayuda de las multiplicaciones hasta la perfección del fuego puro, velado bajo la figura del inmortal Fénix: sic itur ad astra. Del mismo modo, el obrero, fiel servidor de la Naturaleza, adquiere, con el conocimiento sublime, el elevado título de caballero, la estima de sus iguales, el reconocimiento de sus hermanos y el honor más envidiable de toda la gloria mundana de figurar entre los discípulos de Elías».
El Ave Fénix es la representación de la misma Piedra Filosofal, aquella gema preciosa que representa a los individuos solares que han vencido al tiempo, a la enfermedad y a la vejez. Por ello es la tercera figura que estamos investigando en este grabado altamente significativo y ligado a la ETERNIDAD. Existen unas valoraciones interesantes del propio hermano mayor FULCANELLI, veamos:
«Él es el único testigo de todas las edades del mundo, y ha visto metamorfosearse las almas doradas del siglo de oro en plata, de plata en bronce, y de bronce en hierro. Él es el único cuya compañía jamás le ha faltado al cielo y al mundo, y él es el único que juega con la muerte y la convierte en su nodriza y su madre, haciéndole parir la vida. Tiene el privilegio del tiempo, de la vida y de la muerte, a la vez, pues cuando se siente cargado de años, apesadumbrado por una larga vejez y abatido por tantos años que ha visto transcurrir unos tras otros, se deja arrastrar por un deseo y justa aspiración de renovarse mediante un fallecimiento milagroso. Entonces, hace un montón que no tiene nombre en este mundo, pues no es un nido o una cuna o lugar de nacimiento, pues allí deja la vida. Tampoco es una tumba, un féretro o una urna funesta, pues de él toma la vida. De manera que no es otro fénix inanimado, siendo nido y tumba, matriz y sepulcro, el palacio de la vida y de la muerte a la vez que, en favor del Fénix, se ponen de acuerdo para esta ocasión. Pues bien, sea lo que fuere, allá, en los brazos temblorosos de una palma4, reúne un montón de tallos de canela y de incienso. Sobre. el incienso coloca cañafístula y sobre la cañafístula, nardo y, luego, con una lastimera mirada, encomendándose al Sol, su matador y padre, se posa o se acuesta en esa pira de bálsamo para despojarse de sus molestos años. EI Sol, favoreciendo los justos deseos de este Pájaro, prende la pira, y reduciéndolo todo a ceniza, con un soplo perfumado le devuelve la vida».
Y llegamos ahora al cuarto símbolo, constituido en este grabado por un anillo de oro. Este es el anillo de los triunfadores, de aquellos que, habiendo creado su propia PIEDRA FILOSOFAL, pueden darse el lujo de hacerse HIJOS DE LA ETERNIDAD si así lo permite la voluntad suprema del REAL SER.
Esa clase de individuos sagrados está mostrada por la figura central del Adepto que lleva en su pecho un sol, para aseverar que es un HIJO DEL SOL y no una criatura lunar como la enorme multitud de nuestra actual raza Aria.
Ese individuo sagrado del que estamos escribiendo tiene sobre su cabeza, justamente, la palabra AETERNITAS,significando la ‘ETERNIDAD’, esa ETERNIDAD que se han ganado aquellos que se han enfrentado contra el PRÍNCIPE DE ESTE MUNDO, la Bestia, cuyo número secreto es 666, esos que han hecho de los TRES FACTORES DE LA REVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA su DIVISA.
Hemos de resaltar las doce estrellas que también circundan la cabeza del Iniciado o Adepto. Tales estrellas, siendo doce, representan las doce partes autónomas y autoconscientes de todo SER autorrealizado.
Finalizamos el presente trabajo regalándoos unas frases muy oportunas para la reflexión:
«La eternidad rompe toda medida y destruye toda comparación».
Pierre Nicole
«Aférrate al presente. Cada situación, cada momento, tiene su valor infinito, porque representa toda una eternidad».
Goethe
«Eternidad, un día sin ayer ni mañana».
Massilon
«Cuando todo lo que tenemos de mortal esté revestido de inmortalidad, sentiremos mejor la dignidad de nuestra alma y la eminencia de sus cualidades; sabremos entonces lo que es un Espíritu».
Rubén Darío
«Esperanza es la fuerza que nos llena de ánimo cuando estamos desesperados».
G. K. Chesterton
MORS CERTA, HORA INCERTA.
─‘La muerte es cierta, la hora es incierta’─.
KWEN KHAN KHU