Os hago llegar en esta oportunidad un grabado escrito por Gabrielis Rollengahi ─1583-1619─ en un libro de poemas titulado Selectorum emblematum, ‘Emblemas seleccionados’.
Os hago llegar este cuadragésimo quinto emblema del libro de emblemas de Daniel Cramer titulado: «Nil sit in ore, qvod non prius in sensu» (No haya nada en la boca que antes no haya estado en el sentido)
Para vivenciar el AMOR CRÍSTICO necesitaremos ser traicionados ─de allí la bolsa de monedas─, experimentar los tres clavos de la cruz del redentor, sufriremos la corona de espinas a cada paso de nuestra travesía, seremos víctimas de la insolencia del Ego, deberemos adquirir la voluntad crística, etc., etc., etc.
El título de nuestro grabado nos invita a luchar por nuestra vida, luchar por nuestro Cristo, y las palabras en latín, traducidas, nos señalan que todo es, en verdad, una absoluta vanidad…
El V.M. Samael siempre nos insistió en la necesidad de romper con el implacable destino que nos lleva siempre a cumplir estúpidamente con la mecanicidad con la cual se nos manipula de existencia en existencia. Esta lucha está planteada en la llamada Revolución de la Conciencia, con sus tres factores bien definidos en nuestra doctrina…
El presente grabado fue realizado por el jesuita Ioanne David ─1546─1613─ y lo desarrolló en el octavo capítulo de su libro titulado Dvodecim specvla Devm aliqvando videre desideranti concinnata.
El presente grabado nos lleva al cuestionamiento de nuestros grados de pureza o de purificación durante nuestra travesía por el mundo tridimensional.
Os estoy haciendo llegar el sexto dibujo con el cual Theodoor Galle ilustró el libro Dvodecim specula Devm aliquando videre desideranti concinnata, ‘Doce espejos debidamente dispuestos para la persona que desea algún día ver a Dios’, escrito por el Jesuita Ioanne David. Lleva por título Conócete a ti mismo
Este grabado, compañeros y compañeras del camino, nos muestra claramente que todo está debidamente planificado por el santísimo THEOMEGALOGOS desde el inicio de la creación. Esta es la razón por la cual se nos muestra en latín y hebreo, a través de hermosas frases, la arquitectura cósmica que, desde tiempos remotos, se comentó con aquellos discípulos interesados verdaderamente en conocer la anatomía de lo divino.
A través de la Gnosis hemos llegado a saber, dentro de la Kábala doctrinaria, lo que representa para nosotros los gnósticos eso que llamamos el Árbol Sephirótico, con todos los desdoblamientos que del mismo se desprenden y que se corresponden con diversas partes sacratísimas de nuestro SER.