No haya nada en la boca que antes no haya estado en el sentido, Daniel Cramer

«Nil sit in ore, qvod non prius in sensu» (No haya nada en la boca que antes no haya estado en el sentido)

«Nil sit in ore, qvod non prius in sensu» (No haya nada en la boca que antes no haya estado en el sentido) 850 480 V.M. Kwen Khan Khu

Queridos amigos/as:

Os hago llegar este cuadragésimo quinto emblema del libro de emblemas de Daniel Cramer titulado…

…NIL SIT IN ORE, QVOD NON PRIUS IN SENSU

No haya nada en la boca que antes no haya estado en el sentido, Daniel Cramer

Este emblema pertenece a la colección llamada Octoginta emblemata moralia nova ─‘Ochenta nuevos emblemas morales’─, que fue publicada en Frankfurt ─Alemania─ en el año 1630.

La primera frase nos dice:

Qvis dabit ori meo custodiam, et super labia mea signaculum certum, & non cadam?

Traducción: ‘¿Quién pondrá una guardia en mi boca y un sello seguro sobre mis labios para que yo no caiga?’.

Esto, pacientes lectores/as, es una citación del libro Eclesiástico o Sirácida, que en latín dice:

Quis dabis ori meo custodiam et super labia mea signaculum aptum ut non cadam ab ipsis, et lingua mea perdet me?

Traducción: ‘¿Quién pondrá guardia a mi boca y a mis labios sello de prudencia para que no venga a caer por su culpa y que mi lengua no me pierda?’.

NIL SIT IN ORE, QVOD NON PRIUS IN SENSU.

Traducción: ‘No haya nada en la boca que antes no haya estado en el sentido’.

Esta frase es una modificación de un axioma de la filosofía peripatética antigua ─aristotélica─, que reza: Nihil est in intellectu quod non sit prius in sensu, es decir, ‘no hay nada en el intelecto que no haya estado antes en los sentidos’. Se podría decir también que no hay nada en el entendimiento que no haya estado antes en los sentidos.

La última frase nos dice:

Est sapiens cordis moderator et oris: in unum ergo vt conveniant, cor preme, claude labra.

Traducción: ‘El sabio es moderador del corazón y de la boca, por lo tanto, para que se unan en uno, domina tu corazón y cierra tus labios’.

Querido/a lector/a, nuestras enseñanzas nos insisten en la necesidad de moderar la palabra, el verbo, porque, aunque parezca insólito, el verbo está conectado con el sexo, y cuando alguien ha culminado LA GRAN OBRA, todo queda resumido en el PODER DE LA PALABRA. Por tanto, hemos de ser cuidadosos de cómo usamos nuestra potencia verbal.

Santiago Apóstol, el Patrono de la Gran Obra, nos dice en su epístola universal cosas como estas: «Mirad los grandes navíos, enormes, y, sin embargo, quien los conduce es un pequeño timón; asimismo, nuestro cuerpo, aunque sea grande, debe saber controlar ese pequeño pedazo de carne que es nuestra lengua».

El verbo, mal utilizado, puede encender grandes incendios en las mentes de nuestros semejantes. Observemos cómo las dos grandes guerras mundiales que nos han precedido en la historia estuvieron atizadas por las palabras malignas de muchos de sus protagonistas. La chismografía, el «dicen que se dice», la maledicencia, el insulto gratuito, todo eso forma parte de la desviación de la palabra hacia laberintos tenebrosos.

Por otra parte, bien nos lo dijo el V.M. Samael en sus cátedras: el corazón, el centro magnético del cardias, también es una guarida venenosa de muchos agregados que nublan nuestra Conciencia y nos hacen caer en el camino del error. Hay allí, en el centro del corazón, agregados sentimentaloides-lujuriosos, agregados de rencor, de malicia hacia nuestro prójimo, etc., etc., etc., que debemos examinar cuidadosamente para no ser engañados por el falso sentimiento del Yo.

Esta es la razón por la cual vemos en este grabado a una mujer martilleando un corazón, utilizando el martillo de la voluntad para no permitir que se alojen en el mismo los agregados psicológicos que hemos comentado en renglones anteriores.

En la boca de dicha mujer apreciamos, igualmente, un candado con el cual quiere cerciorarse de no hablar por hablar, y de esta manera tiene controlado su verbo, su palabra.

La bendita Logia Blanca exige a sus Adeptos el cuidado con la palabra, pues va cargada siempre de determinadas vibraciones que pueden ser benignas o malignas.

En la parte baja del lugar en el cual esta mujer trabaja podemos también apreciar tenazas y otros instrumentos propios de aquellos que trabajan en las herrerías.

Termino la explicación de este grabado con unas frases oportunas para ser reflexionadas:

«La palabra es más poderosa que el cañón».
José de la Luz y Caballero

«¡Qué prodigiosa transformación la de las palabras, mansas, inertes, en el rebaño del estilo vulgar, cuando las convoca y las manda el genio del artista!».
José Enrique Rodó

«Mejor es padecer que gozar; que el gozar es dicha, el padecer es fineza; estar gozando de Dios es deleite, padecer por Él es fineza».
Quevedo

«No podemos evitar las pasiones, pero sí vencerlas».
Séneca

«Muchas veces la pasión torna necio al hombre más cuerdo y cuerdo al más necio».
La Rochefoucauld

AGNUS DEI, QUI TOLLIS PECCATA MUNDI.
─‘Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo’─.

KWEN KHAN KHU