Allégorie de la chasteté, Lorenzo Lotto

Allégorie de la chasteté

Allégorie de la chasteté 850 480 V.M. Kwen Khan Khu

Muy amados lectores y lectoras:

Me alegra haceros llegar este óleo de un artista llamado Lorenzo Lotto, de tiempos de 1505. Esta obra se halla preservada en la Galería Nacional de Arte de Washington.

El título de esta obra artística es…

…ALEGORÍA DE LA CASTIDAD
O ALEGORÍA DEL SUEÑO VIGILANTE DEL ALMA

Alegoría de la castidad, Lorenzo Lotto

Comencemos por observar un amplio paisaje boscoso que hace de fondo a la escena con los resplandores de la puesta del Sol.

En el centro, investida por una luz misteriosa, vemos a una joven mujer descalza y ataviada con una túnica blanca, que hace juego con un manto dorado, recostada suavemente contra el tronco de un laurel con dos vástagos, todo lo cual recuerda a la figura mitológica de Dafne y su contingencia. Está en sintonía con el sentimiento de quietud, un estado suspendido de visión purificadora que dista del abandono inconsciente del sueño. Arriba, sobre la joven, un angelillo vierte sobre ella una cascada de florecillas blancas, quizás una alusión a la poesía de Petrarca: «Chiare, fresche et dolci acque», ‘Claras, frescas y dulces aguas’.

Dos sátiros, una hembra que aparece detrás de un árbol a la izquierda, y un macho tendido y comprobando una jarrita de cristal a la derecha en primer plano cerca de un estanque, representan respectivamente las insidias del amor carnal y la embriaguez, que son ignorados por la doncella. La originalidad de estos elementos y la libertad compositiva demuestran la inventiva y la ironía típica del artista Lotto.

La pintura atestigua que su autor conocía el tema de velar durmiendo, un lema acerca de la autobservación psicológica y alquímica.

¿Qué envuelve realmente esta bella obra de arte?

En la damisela recostada sobre el tronco de un laurel podemos apreciar el símbolo del alma ─revestida de humano cuerpo─ permaneciendo indiferente a los deseos del Ego animal que provocaron desde hace millones de años la famosa caída angélica.

Ese acto convirtió a los habitantes lemures en sátiros lujuriosos que, desgraciadamente, por tal acto perdieron la purificación que poseían originalmente y desde entonces, ya caídos en desgracia, la Ley de Retorno y Recurrencia los tiene atrapados en la famosa Rueda del Samsara de la teogonía indostánica. Mediante las enseñanzas gnósticas es posible retomar ese estado interior angélico con la aplicación de los tres factores de la Revolución de la Conciencia, a saber: muerte del Yo, nacimiento segundo ─término alquimista─ y sacrificio por la humanidad.

Nada tiene que ver esto con la abstinencia católica que tantos trastornos ha producido al género humano. Se trata más bien de una sexualidad sagrada practicada por las masas humanas justamente antes de producirse la rebelión angélica citada por los credos religiosos de nuestro mundo, hoy bastante alejados de la cruda realidad que aconteció sobre nuestra raza.

Los textos antiguos y sagrados nos recalcan que, ciertamente, en aquellos remotos tiempos, las personas luciferinas deambulaban por muchos lugares tratando de convencer a las otras gentes acerca de lo maravillosa que resultaba la fornicación; toda una abominación, sin lugar a dudas.

Otro detalle muy curioso es aquel que nos permite ver al sátiro macho escanciando la jarra o vaso hermético ─símbolo del yoni femenino─ para enriquecer su propia lujuria. Esto nos permite intuir que el artista conocía el ars transmutatorio de las aguas genesíacas, lo cual permite a la humana criatura su propia regeneración total.

El angelito que deja caer una cascada de florecillas blancas alegoriza en este caso la protección de la que gozan las almas regeneradas, y por ello es el mismo Cupido quien las mantiene protegidas con su verdadero amor… Ciertamente el AMOR CONSCIENTE es una coraza valedora para enfrentar el mundo mayávico-ilusorio que mantiene enajenadas las mentes de nuestro hormiguero humano.

Obsérvese que en ambos sátiros sus extremidades inferiores son similares a las del macho cabrío, debido, justamente, a la animalidad en la que han quedado atrapados.

No olvidemos, por otra parte, que el árbol de laurel tiene cualidades mágicas maravillosas, y el hecho de que la damisela de nuestro óleo se halle recostada en su tronco nos indica que ella está asociada a dicha magia por tener aún su naturaleza anímica libre de la mácula del pecado.

Os hago llegar ahora unas frases que están en concordancia con este tema que nos presenta esta pintura, veamos:

«Si la castidad no es una virtud es, sin embargo, ciertamente una fuerza».
Jules Renard

«La abundancia del amor produce el tesoro de la castidad».
Rabindranath Tagore

«La conciencia es la voz del alma; las pasiones la del cuerpo. La conciencia tiene más de mil lenguas».
Shakespeare

«No ha existido jamás una mujer linda que no haya hecho ensayos ante el espejo».
Shakespeare

«El primer beso, sabedlo, no se da con la boca sino con los ojos».
Paul Bernard

MEMENTO MORI.
─‘Recuerda que un día morirás’─.

KWEN KHAN KHU