Estos grabados representan al Dios Hércules Gálico, quien es el paralelo del Heracles griego y del Hércules romano.
El hombre ingrato que paga un servicio sin ningún interés no tiene el favor de las Diosas de Orcómeno, más bien es como un tamiz: entre sus agujeros abiertos, si se vierten ríos enteros, fluirán de inmediato.
Este hermoso grabado nos muestra ante todo la grandeza de buscar el camino del Cristo íntimo. Al mismo lo vemos dentro de una nube enseñando a un devoto el globo, que representa el caos espermático, coronado por una rama de laurel, símbolo, asimismo, del triunfo hermético.
Para comenzar nuestra descripción diremos que, si observamos el centro de este grabado artístico, apreciaremos inmediatamente la figura de Satán sentado sobre la esfera que representa nuestro mundo, y ello es para mostrarnos que, ciertamente, él es el que, por desgracia, rige los destinos de este hormiguero humano.
Este primero de cuatro grabados nos enseña que si no tenemos une correcta relación con la fuerza erótica terminamos siendo esclavos del sexo y de los placeres egoicos de embriaguez, borracheras, glotonerías, etc., etc., etc.
Este grabado nos enseña de manera alegórica cuales son las virtudes que necesitamos desarrollar si, de verdad, pensamos en querer autorrealizarnos.
Dios no es un hombre pero está dentro de cada hombre.
Dios no es una mujer pero es la energía que mueve su alma.
Dios no es una planta o un animal pero esos Elementales provienen de las Mónadas que, a su vez, son hijas del Theomegalogos.
Gracias a la Gnosis tenemos en nuestras profundidades nuestro KAOM. Nos ayuda sentir los remordimientos, arrepentimientos, dolor moral por nuestras malas acciones que han hecho a los demás.
El presente grabado que para que nuestro jardín alquímico sea florecido se necesita trabajar con nuestro Lúcifer y las tres Fuerzas primarias de la Creación todo vigilado por nuestra Divina Madre, Stella Maris interior.
Cuando la humanidad quiere subsistir sin los valores del Espíritu, del SER que son el amor, la ética, la moral, todo queda envuelto por la confusión y la desarmonía y se convierte en un germen fracasado.