La esperanza y la paciencia vencen, Daniel Cramer

«Spes et patientia vincit» (La esperanza y la paciencia vencen)

«Spes et patientia vincit» (La esperanza y la paciencia vencen) 850 480 V.M. Kwen Khan Khu

Muy apreciados/as amigos/as:

En 1630 se publicó un libro de emblemas de Daniel Cramer llamado OCTOGINTA EMBLEMATA MORALIA NOVA ─‘ochenta nuevos emblemas morales’─.

Os hago llegar el emblema treinta y uno que tiene como motivo…

…SPES ET PATIENTIA VINCIT
─‘La esperanza y la paciencia vencen’─

Octoginta Emblemata Moralia Nova, Ochenta nuevos emblemas morales, Daniel Cramer
CORPORE CAPTIVUS, SUM LIBER MENTE, DOLENSQUE GAUDEO SIC FIRMAT ME ANCHORA FIDA SPEI.

‘Cautivo en el cuerpo, soy libre en la mente, en el dolor me regocijo, así me fortalece el ancla de la esperanza’.

Descripción:

En el grabado vemos a un hombre que está prisionero porque sus pies están inmovilizados mediante una forma de tortura que existió hace muchos siglos como parte de la barbarie humana.

Está haciendo sonar un laúd siguiendo las estrofas de un libro de música, y a su lado hay una enorme ANCLA que le trae esperanzas.

El mundo de la simbología hermética nos dice que el ANCLA es una forma de saber guardar nuestras esperanzas aguardando la acción de las Tres Fuerzas Primarias de la Creación, a saber: la del Padre, la del Hijo y la del Espíritu Santo. Tal es el mensaje que nos transmite este instrumento que imita un poco la forma triangular que ha servido para designar las tres potencias de Dios.

Indubitablemente que, en los momentos de espantoso rigor físico o anímico, debemos siempre recordar las tres potencias divinas antes mencionadas. Cuando Dios se hace presente en nuestras calamidades, estas van desapareciendo de nuestro entorno.

Y mientras aguardamos la mano misteriosa que habrá de sacarnos de nuestros dolores, debemos cooperar humanamente apelando al cambio de centro, como bien lo hace el sufrido protagonista de nuestro grabado, quien alegra su tragedia al compás de las notas musicales que le arranca a su laúd.

Bien nos lo ha dicho la Gnosis de todos los tiempos: en momentos de tribulación y de dolor, debemos y podemos asistirnos cambiando nuestra atención hacia otro centro de nuestra máquina orgánica, por ejemplo apelando al centro emocional, como en el caso de nuestro grabado, y de este modo no se entra en la desesperación. Pero podríamos, según el caso en el cual estuviéramos metidos, auxiliarnos con el centro instintivo ─quizás comiendo algo─, o con el centro motor ─poniendo en marcha una caminata al aire libre─, o tal vez leyendo un libro, una obra escrita…

Job, en sus padecimientos, se refugió en la oración y en la reflexión mientras Dios ponía a prueba su fidelidad y paciencia. En fin, apreciado/a lector/a, es sumamente importante saber cooperar con las circunstancias aun cuando estas no sean benévolas con nosotros.

No debemos olvidar, por otra parte, que el ancla simboliza que el navío de nuestra travesía se detiene triunfalmente cuando ya hemos alcanzado el final de la Gran Obra. Por ello el ancla ha sido muchísimas veces representada en el Rosacrucismo y en la Masonería realmente hermética como instrumento que augura a los navegantes del mar de bronce la llegada a buen puerto después de muchas ordalías iniciáticas……

Os regalo unas frases que vienen en nuestro auxilio para remarcar la importancia de nuestro tema:

«Los males que no tienen fuerza para acabar la vida, no la han de tener para acabar con la paciencia».
Cervantes

«Cuando decimos que todo tiempo pasado fue mejor, condenamos el porvenir sin conocerlo».
Quevedo

«El que antes de tiempo se vanagloria del porvenir, priva a su acción, a lo menos, del mérito de la novedad».
Luis XIV

«No hay que aferrarse de tal manera al presente que descuidemos por completo el porvenir».
Pitágoras

«Desgraciado aquel que siempre está inquieto por su porvenir».
Séneca

QUOD SCRIPSI, SCRIPS.
─‘Lo que escribí escrito está’─.

KWEN KHAN KHU