El hombre arrepentido y el dolor — Maarten de Vos, (1532-1603)

El hombre arrepentido y el dolor

El hombre arrepentido y el dolor 850 480 V.M. Kwen Khan Khu

Muy amados amigos y amigas lectores/as:

Queridos amigos, con gusto me apresto a haceros llegar el presente grabado que lleva por título…

…EL HOMBRE ARREPENTIDO Y EL DOLOR

El hombre arrepentido y el dolor — Maarten de Vos, (1532-1603)
El hombre arrepentido y el dolor — Maarten de Vos, (1532-1603)

Antes de nada, digamos que dicho grabado pertenece al pintor flamenco Maarten de Vos ─1532-1603─.

El Homo poenitens, el pecador arrepentido, está acompañado por las figuras alegóricas poenitentia ─‘arrepentimiento’─ y dolor, y es conducido hacia el cielo sobre una nube sembrada de flores acompañado de ángeles llenos de alegría. Tres ángeles tocan un arpa, un laúd y una flauta, y cuatro querubines vuelan por encima con unas campanas, una pandereta, un triángulo musical y una corona. Todo esto es la bienvenida que se hace en los cielos al alma arrepentida después de renunciar a su comportamiento egoico.

El alma arrepentida va flanqueada por dos mujeres celestiales que llevan a sus pies los adjetivos o cualidades señaladas como dolor y poenitentia ─‘penitencia’─.Esta mujer que simboliza a la penitencia lleva en su diestra un ramo de laureles significativo del triunfo hermético. En la parte superior de este grabado se aprecia, finalmente, un sol en cuyo centro se lee en letras hebraicas el nombre de Dios: IOD-HE-VAU-HE.

La presente ilustración es la imagen de lo que internamente se vive, en las dimensiones superiores, cuando hemos alcanzado el arrepentimiento por nuestras malas acciones. Necesitamos, en verdad, experimentar eso que los libros sagrados llaman arrepentimiento,pues de lo contrario jamás llegaremos al reino de nuestro SER.

No podemos olvidar que, gracias a la Gnosis, tenemos en nuestras profundidades ontológicas una parte autoconsciente de nuestra propia realidad eterna a la cual llamamos en Gnosticismo KAOM.

Este Kaom se activa en nosotros cuando él considera que nuestros actos merecen ser purificados a causa de la barbarie de los mismos. Esa parte sacratísima de nuestro propio SER es indispensable que se active porque de lo contrario no podremos ser considerados justos.Y escrito está que en el reino de los cielos ─de Conciencia─ no podrán habitar sino aquellos que hayan sido declarados justos ante el reino del Altísimo.

En varias ocasiones pudimos escuchar al V.M. Samael Aun Weor ─nuestro Patriarca─ que aquellos que no sienten remordimientos, arrepentimientos, dolor moral por el daño que han hecho a los demás, es porque se han alejado mucho del Íntimo ─el Padre o Atman de los indostanos─.Y añadió: «Eso es muy grave, porque sin el perdón de la misericordia divina estaremos condenados a la involución en los reinos sumergidos de la naturaleza».

Para la humanidad actual, delinquir se ha hecho algo absolutamente normal y las gentes ni tan siquiera entran en reflexiones cuando cometen atrocidades de diversa especie. Esto es el fruto de haber perdido de nuestro psiquismo la facultad de nuestra Conciencia… Entonces deambulamos por las calles de nuestras ciudades como verdaderos monstruos, utilizando la fachada de nuestra personalidad, la cual enmascara nuestra falsa identidad y nuestros falsos valores.

Todas las grandes perversidades que se han desatado sobre la faz de nuestro mundo, a saber: la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial y la Tercera Guerra Mundial que ya está en marcha, han sido fruto de nuestro abominable Ego animal, y a pesar de las horripilancias que nos ha tocado vivir en dichas guerras, no vemos en nuestro entorno ni un átomo de arrepentimiento por parte de las multitudes o masas humanas. Todo ha quedado reducido a un recuerdo triste y, en la mayoría de los casos, a un olvido.En cambio, sí que hemos querido sacarles provecho económico a esas desagradables circunstancias a través de la literatura, la historia, el arte, etc., etc., etc.; y todo ello para obtener dineros y más dineros… Esto le gusta enormemente a nuestro querido Ego.

Los amantes de la Gnosis ansiamos conocer a nuestro SER, compartir con Él su reino, vivenciar las innumerables características múltiples de la hiperdimensionalidad del espacio, etc., etc., etc.; empero, todo lo queremos obtener sin renunciar a nuestra irresponsabilidad ética, como si mereciéramos las bendiciones de la divinidad a cada momento de nuestra existencia. Es claro que nuestro AMOR PROPIO no nos permite observarnos tal cual somos, y por ello nunca hemos pensado, ni remotamente, en cambiar nuestra manera de sentir, manera de pensar y manera de actuar….. Conclusión:Tal y como lo explica nuestra doctrina, somos simplemente maquinitas ciegas que reciben distintos tipos y subtipos de energías provenientes del espacio y que luego retransmiten inconscientemente a las capas anteriores de la tierra. Somos eso: maquinitas que tan solo sirven para mantener vivo a nuestro mundo. Triste realidad. Nuestra Conciencia, que debería ser una herramienta extraordinaria para autoexplorarnos y ayudarnos a encontrar nuestros verdaderos valores, nuestra auténtica identidad y nuestra legítima imagen, duerme su sueño embutida entre la multiplicidad del YO.

Las Sagradas Escrituras hablan sobre la dicha que experimentan aquellos o aquellas que han logrado alcanzar el arrepentimiento total de sus malas acciones, veamos:

Lucas 15:

«7 Os digo así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.

10 Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente».

Os entrego la misma frase en latín:

«Dico vobis ita gaudium erit in coelo super uno peccatore poenitentiam agente, quam super nonagintanouem iustis qui non indigent poenitentia. Ita dico vobis, gaudium erit coram angelis Dei Super uno peccatore poenitentiam agente». Luc. XV

Os entrego ahora unas frases para reflexionar:

«Cuanto mayor es el delito mayor ha de ser el tiempo consagrado a los arrepentimientos».
Victor Hugo

«El culpable que se arrepiente aún no está perdido».
Demócrates

«Más que un pesar del mal que hemos causado, nuestro arrepentimiento es un temor del mal que nos podría suceder».
La Rochefoucauld

«Un buen arrepentimiento es la mejor medicina que tienen las enfermedades del alma».
Cervantes

«Quien quiera ver completamente claro antes de determinarse, no se determina jamás. Quien no acepta el arrepentimiento no acepta la vida».
Amiel

AD MAIOREM DEI GLORIAM.
─‘Para la mayor gloria de Dios’─.

KWEN KHAN KHU