Vemos en el centro del mismo una figura femenina alada sobre un ancla, con una corona de laurel sobre la cabeza, siembra trigo y señala al cielo. Incuestionablemente que la mujer en cuestión es la VIRGEN MADRE NATURA ─por eso lleva laureles en su cabeza─, y a sus pies el ANCLA que, además de alegorizar las tres fuerzas primarias, representa en Masonería el final de la obra hermética
Queridos lectores, independientemente de querer ver asociados en este grabado a la diosa Diana en compañía de otro deiduso, lo que sí nos interesa a nosotros en la Gnosis es la relación de la casta Diana con nuestra Divina Madre y el trabajo enorme de dar caza a nuestros innumerables agregados psicológicos que en nuestras entrañas psíquicas llevamos. Por ello se la asocia también a la Luna, razón por la cual lleva la imagen del satélite, en forma de cuarto creciente, en muchos otros grabados. Igualmente, siempre se la ve asociada a un arco y sus flechas de plata.
Misteriosamente, a todos nosotros este grabado nos ilustra acerca de esos dos aspectos de Dios Madre que nos comenta abundantemente nuestro V.M. Samael Aun Weor en sus obras.
La imagen que nos muestra este grabado apareció en las primeras páginas de un libro titulado La primera parte de la curiosa escuela de arte y trabajo, publicado en 1696, Des curieusen Kunstund Weerck-Schul ester ─und anderer─. El autor de este grabado fue Johann Kunckel, quien vivió entre los años 1630 y 1703.
Me complace, estimados lectores, haceros llegar esta escultura realizada por un artista estadounidense llamado James Nathan Muir. La hemos bautizado como «Las fuerzas sagradas de Dios Madre»