Os hago llegar en esta oportunidad un grabado escrito por Gabrielis Rollengahi ─1583-1619─ en un libro de poemas titulado Selectorum emblematum, ‘Emblemas seleccionados’.
Os hago llegar este cuadragésimo quinto emblema del libro de emblemas de Daniel Cramer titulado: «Nil sit in ore, qvod non prius in sensu» (No haya nada en la boca que antes no haya estado en el sentido)
Os hago llegar, en esta oportunidad, un dibujo que aparece en otro libro de emblemas titulado Selectorum emblematum ─‘Emblemas seleccionados’─. Los textos pertenecen al poeta alemán Gabrielis Rollenhagi ─1583-1619─, y los grabados a Crispijn van de Passe y a Jan Jansson ─1588-1664─.
En 1630 se publicó un libro de emblemas de Daniel Cramer llamado OCTOGINTA EMBLEMATA MORALIA NOVA ─‘ochenta nuevos emblemas morales’─.
Este es el grabado número 31.
Para vivenciar el AMOR CRÍSTICO necesitaremos ser traicionados ─de allí la bolsa de monedas─, experimentar los tres clavos de la cruz del redentor, sufriremos la corona de espinas a cada paso de nuestra travesía, seremos víctimas de la insolencia del Ego, deberemos adquirir la voluntad crística, etc., etc., etc.
Vemos en el centro del mismo una figura femenina alada sobre un ancla, con una corona de laurel sobre la cabeza, siembra trigo y señala al cielo. Incuestionablemente que la mujer en cuestión es la VIRGEN MADRE NATURA ─por eso lleva laureles en su cabeza─, y a sus pies el ANCLA que, además de alegorizar las tres fuerzas primarias, representa en Masonería el final de la obra hermética
Me complazco en enviaros este grabado que lleva por título: «Speculum sophicum rhodostauroticum» (Espejo de la sabiduría rosacruz). El libro fue firmado con el nombre Theophilus Schweighardt Constanties.
Os hago llegar esta imagen del Dios Mercurio, bajorrelieve de la Capilla del Zodíaco del Templo Malatestiano de Rímini, en Italia. El autor es el escultor italiano Agostino di Duccio ─1418-1481─.
El título de nuestro grabado nos invita a luchar por nuestra vida, luchar por nuestro Cristo, y las palabras en latín, traducidas, nos señalan que todo es, en verdad, una absoluta vanidad…
El personaje que entrega su corazón es el llamado mundo necio ─la humanidad en general─, quien, además de tener su psiquis siempre embotellada en diversas estupideces que le proporciona la ilusión mayávica, lleva unas gafas tratando de corregir su miopía, empero de nada le sirven.