SÍ HAY INFIERNO, SÍ HAY DIABLO, SÍ HAY KARMA SAMAEL AUN WEORSamael Aun Weor SÍ HAY INFIERNO, SÍ HAY DIABLO, SÍ HAY KARMA septiembre 2020El texto íntegro de esta obra, por voluntad expresa de su autor (Samael Aun Weor), es patrimonio de toda la humanidad. La composición y el diseño, tanto de la por‑ tada como del interior de la presente obra, están registrados a nombre de AGEAC. Ninguna parte de ellas puede ser reproduci‑ da, modificada, publicada, cargada, trans‑ mitida o distribuida de ninguna manera sin la previa autorización escrita de AGEAC. © AGEAC (Asociación Geofilosófica de Estudios Antropológicos y Culturales). Reservados los derechos de imagen. www. ageac.org vopus.org samael.org radiomaitreya.orgADVERTENCIA AGEAC pone a disposición de todos los seres humanos los textos auténticos y originales del V.M. Samael Aun Weor. La presente obra es fidedigna al original escrito por el V.M. Samael Aun Weor. Toda persona que lo adultera o mutila comete un grave delito.ÍNDICE PRÓLOGO ........................................................................................................... 7 1. EL INFIERNO .................................................................................................... 11 2. LOS TRES ASPECTOS DEL INTERIOR DE LA TIERRA ................................ 18 3. LOS SIETE COSMOS ........................................................................................ 25 4. MÓNADAS Y ESENCIAS ................................................................................. 39 5. PRIMER CÍRCULO DANTESCO ...................................................................... 52 6. SEGUNDO CÍRCULO DANTESCO ................................................................. 63 7. TERCER CÍRCULO DANTESCO ...................................................................... 74 8. CUARTO CÍRCULO DANTESCO ..................................................................... 80 9. QUINTO CÍRCULO DANTESCO ..................................................................... 91 10. SEXTO CÍRCULO DANTESCO ........................................................................ 99 11. SÉPTIMO CÍRCULO DANTESCO ................................................................. 107 12. OCTAVO CÍRCULO DANTESCO ................................................................... 12713. NOVENO CÍRCULO DANTESCO .................................................................. 138 14. EL MOVIMIENTO CONTINUO .................................................................... 151 15. LA DISOLUCIÓN DEL EGO ........................................................................... 169 16. EL DIABLO ...................................................................................................... 182 17. EL DRAGÓN DE LAS TINIEBLAS ................................................................. 191 18. CRIPTAS SUBTERRÁNEAS ........................................................................... 201 19. GUERRA EN LOS CIELOS ............................................................................. 215 20. LA LEY DEL ETERNO RETORNO ................................................................. 223 21. LA LEY DE LA REENCARNACIÓN ................................................................ 237 22. LA LEY DE RECURRENCIA ............................................................................ 251 23. EL CARACOL DE LA EXISTENCIA ................................................................ 260 24. LOS NEGOCIOS .............................................................................................. 270 25. LA EXPERIENCIA DIRECTA .......................................................................... 2797 PRÓLOGO Bajar a los Mundos Infiernos, Infradimensiones Planetarias o Abis‑ mos Tenebrosos citados en todos los textos religiosos de la anti‑ güedad, constituyó siempre una tarea imponente con la cual los Héroes antiguos, Titanes, Dioses o Semidioses, ganaron su derecho a abandonar el mundo terrenal y sus miserias, para encumbrarse en las esferas de lo Infinito y Eterno. Ya el Gran Iniciado de la Italia florentina Dante Alighieri, evocaba en su Divina Comedia los terribles designios que aguardaban a las al‑ mas perdidas condenadas a la desintegración de su material psíqui‑ co entre las Arcadas o Círculos del Submundo, o «tártarus» según los griegos metafísicos. Similar aventura corría, cientos de siglos antes, en la Creta esoté‑ rica, aquel Hierofante griego llamado Teseo al descender al labe‑ rinto maldito, dentro del cual lo aguardaba silente y malicioso el asqueante Minotauro que a muchos atrevidos había despojado de su vida, devorándoselos inmisericordemente. Empero, Teseo, inte‑ ligente y obediente a sus Dioses tutelares, descendió ayudado por la divina Ariadna, quien le entregó uno de sus cabellos, sirviéndole este de guía para entrar y salir de aquel antro, sin riesgo de que‑ dar atrapado en aquellas enigmáticas profundidades. Finalmente, Samael Aun Weor • SÍ HAY INFIERNO, SÍ HAY DIABLO, SÍ HAY KARMA • 8 armado de una simbólica espada y de una valentía sin límites, el noble héroe decapita al Minotauro y le arranca la joyosa sagrada, que durante milenios había estado en manos de aquel monstruo. Todos estos relatos, amigo lector, llevan el sello del simbolismo her‑ mético y, sin auxilio de la Gnosis –Conocimiento divino–, resulta imposible querer descifrar los altos contenidos de estos viajes a los dominios de las tinieblas. Excogitar, indagar, aspirar al supremo co‑ nocimiento que encierran estos relatos es, además de un derecho legítimo, un deber que todo ser humano tiene que cumplir, si quie‑ re llegar al encuentro de las raíces de su existencia y al trasfondo que esta encierra. Hermes Trismegisto ya lo dijo: «Antes de subir, es necesario bajar», y el V.M. Samael Aun Weor, como intérprete fiel de la tradición ocultista, afirma solemnemente: «Antes de toda exaltación, advie- ne una espantosa humillación». El mismísimo Jesús el Cristo, antes de subir hasta el Padre de todas las Luces –el Kether cabalístico de cada uno de nosotros–, bajó a los Infiernos y, al tercer día –alegó‑ rico–, ascendió a los Cielos para quedar establecido a la diestra del Omnimisericordioso. De todo lo antes expuesto, es fácil deducir que todo verdadero as‑ pirante a la Luz Suprema ha de llevar a cabo tareas similares dentro de sus propios Infiernos Atómicos, para arrancarles a las Tinieblas aquella Luz que otrora resplandecía en el corazón del hombre y que, después de que la humanidad cayera en la generación animal, quedó atrapada entre entidades demoníacas, que gnósticamente definiremos con la terminología de «Yoes» o «Agregados Psicológi‑ cos indeseables». Sí, bienaventurado lector, la Luz es hija de terribles «padecimientos voluntarios» y «sacrificios conscientes», realizados sobre nuestra anatomía oculta, psíquica o espiritual. Este es el magno misterio de Sophia –el Alma– sumida en el caos y clamando al Cielo su pronta li‑ beración, mientras distintos enemigos de la Luz luchan afanosamen‑ te por sumergirla más y más en el abismo de su propia perdición.Samael Aun Weor • SÍ HAY INFIERNO, SÍ HAY DIABLO, SÍ HAY KARMA • 9 Este tratado, preclaro lector, desvela una de las obras maestras de la literatura hermética: La Divina Comedia; y lo hace mediante el uso de una herramienta valiosísima denominada la «experiencia mística directa». Solo por medio de las cualidades más elevadas de la Conciencia despierta, es posible realizar todas las investigaciones minuciosas que en esta obra están descritas y que testimonian, al margen de los materialistas dialécticos o históricos, que realmente «SÍ HAY INFIERNO, SÍ HAY DIABLO y SÍ HAY KARMA». El pseudo‑esoterismo ha negado muchas veces, careciendo de métodos rigurosos de investigación, la existencia del Diablo de las religiones, las Moradas Infernales y el castigo o Karma al que son sometidas las almas. Sin embargo, en este tratado toda esta temá‑ tica es desarrollada científicamente y con apoyo en una lógica tras‑ cendental y trascendente. La Ley de Acción y Consecuencia siempre se ha manifestado a lo largo de la eternidad, y querer ignorarla es propio de miopes que intenten tapar el sol con un dedo. Ahora bien, no basta con saber que estamos señalados por una Justicia Cósmica; lo importante es llegar a conocer fórmulas prácticas para escapar de la persecución de los Arcontes del Destino, y esto, apreciado lector, es uno de los parámetros que guía la lectura de estas sagradas páginas. Algunos ateos o enemigos de lo eterno han dicho alguna vez: «El Infierno no existe, está aquí mismo, en este mundo, y eso es todo». Nosotros respondemos con Don Emmanuel Kant –el gran filósofo de Königsberg–: «Lo exterior es un reflejo de lo interior»; y, a decir verdad, el mundo de hoy en día se ha convertido en un infierno viviente, empero las causas de esta anomalía mundial hay que bus‑ carlas dentro de nosotros mismos, aquí y ahora. Ignoran, los materialistas ilustrados, que más allá de la vida tridimen‑ sional continuamos existiendo en otras dimensiones ya sospechadas por la física contemporánea, y que, al llegar la hora de la muerte, nuestros propios condicionantes energéticos –Yoes psicológicos que riñen entre sí– nos llevarán, por afinidad de vibraciones, a esferas dimensionales similares a todas esas que ya fueron descritas en los Next >