LOGOS, MANTRA, TEÚRGIA SAMAEL AUN WEORSamael Aun Weor LOGOS, MANTRA, TEÚRGIA mayo 2020El texto íntegro de esta obra, por voluntad expresa de su autor (Samael Aun Weor), es patrimonio de toda la humanidad. La composición y el diseño, tanto de la por‑ tada como del interior de la presente obra, están registrados a nombre de AGEAC. Ninguna parte de ellas puede ser reproduci‑ da, modificada, publicada, cargada, trans‑ mitida o distribuida de ninguna manera sin la previa autorización escrita de AGEAC. © AGEAC (Asociación Geofilosófica de Estudios Antropológicos y Culturales). Reservados los derechos de imagen. www. ageac.org vopus.org samael.org radiomaitreya.orgADVERTENCIA AGEAC pone a disposición de todos los seres humanos los textos auténticos y originales del V.M. Samael Aun Weor. La presente obra es fidedigna al original escrito por el V.M. Samael Aun Weor. Toda persona que lo adultera o mutila comete un grave delito.ÍNDICE PRÓLOGO ...................................................................................................6 1. EL LOGOS ...................................................................................................9 2. MANTRA ..................................................................................................18 3. TEÚRGIA ...................................................................................................24 4. EL ÁNGEL AROCH .....................................................................................28 5. ESTADO DE JINAS .....................................................................................32 6. EL AVE DE MINERVA .................................................................................37 7. LOS CHAKRAS ...........................................................................................41 8. SALIDAS EN CUERPO ASTRAL ...................................................................46 9. EJERCICIOS ESPECIALES ............................................................................57 10. LUZ Y TINIEBLAS .......................................................................................62 11. MAGIA BLANCA Y MAGIA NEGRA ............................................................74 12. LA FRAGUA ENCENDIDA DE VULCANO.....................................................81 13. EL AKASHA ES SONIDO, ES VERBO ...........................................................876 PRÓLOGO La presente obra, amigo lector, Logos, Mantra, Teúrgia, vino a ser en su momento, y lo sigue siendo ahora, un hermoso tratado muy útil en el esoterismo práctico de todos los tiempos. El Logos es la Gran Palabra, el hacedor de toda la Creación en to‑ das sus dimensiones. Escrito está que «el Logos suena», así lo ha dicho el Hermetismo sagrado. Es incuestionable entonces que tal es la razón de que uno de los textos sagrados, como lo es la Biblia, enfatice al señalarnos: «En el principio era el verbo, y el verbo era Dios; todas las cosas por él fueron hechas y sin ayuda de él nada de lo que ha sido hecho hubiera sido hecho...». La Creación entera, muy apreciado lector, ha sido cristalizada desde tiempos inmemoriales gracias al poder del verbo –de los Cosmo‑ cratores–. Ellos, siendo individuos arcangélicos, unieron sus voces y, mediante el uso inefable de las notas claves, dieron forma a las múltiples dimensiones que conforman el espacio sideral y el uni‑ verso en sí mismo. Así lo dictaminó el sacratísimo Theomegalogos. Este verbo original es una mezcla sagrada de palabras de poder que esotéricamente han sido llamadas con el apelativo de «mantras». Estos, en sí mismos, constituyen la famosa «Palabra Perdida», Samael Aun Weor • LOGOS, MANTRA, TEÚRGIA 7 acerca de la cual se dice: «Nadie la pronunció, nadie la pronunciará sino solamente aquel que la tiene encarnada...». Esto era lo que conformaba aquello que ha sido llamado el Verbo de Oro, el len‑ guaje en el que hablaban los pobladores de nuestro mundo antes de la llamada caída angélica, citada por todos los libros santos de todas las religiones que han existido. Los mantras, dentro del verdadero ocultismo, permiten al investi‑ gador del terreno metafísico entrar en esos rincones del cosmos en los cuales se guardan los múltiples secretos que permiten al sincero devoto del Sendero Hermético alcanzar, tarde o temprano, lo que los gnósticos denominamos la Autorrealización. Incuestionablemente que existe una larguísima serie de mantras –palabras de poder– correspondientes a cada uno de los fenóme‑ nos que anhelamos crear, descifrar o conjurar. Esta es la tarea a la que se dedican entonces los Teúrgos. La Teúrgia es la ciencia de Hermes, cuyo nombre tiene su origen en dos palabras griegas, a saber: theos, ‘Dios’, y ergón, ‘trabajo’. Todo lo cual nos lleva a la siguiente deducción: la Teúrgia es la ciencia que nos permite operar con la energía divina, ya sea para atraer fluidos celestiales o para conjurar y apartar fuerzas provenientes del caos inferior o fuerzas maléficas. Indubitablemente, hemos de aclarar que los mantras o palabras secretas utilizados, siempre tendrán un altísimo o mediocre efecto dependiendo de la calidad del Teúrgo o del Magista. Es obvio que, aunque le entregáramos a un borracho, por ejemplo, el mantra esencial para ayudarlo a que se produzca en él un estado de pleni‑ tud moral y espiritual, esa operación muy probablemente tendría un efecto de poca trascendencia o tal vez ningún resultado para dicho interesado. La Teúrgia está reservada a una élite que se autoselecciona de entre el conglomerado humano, mediante el riguroso trabajo psicológico y el desarrollo psíquico siempre ejercitado mediante la disciplina esotérica. Así es como descollaron altísimos teúrgos como Apo‑ lonio de Tiana, Hermes Trismegisto, Abramelin, el Mago Merlín, Alfonso Constant –Eliphas Levi– entre otros. Estos eran seres que, Samael Aun Weor • LOGOS, MANTRA, TEÚRGIA 8 ante todo, habían separado de sus naturalezas anímicas y físicas toda clase de mundanalidad egoica. El V.M. Samael Aun Weor, Avatara de Acuario, nos hace entrega, en este magnífico tratado, de una obra trascendental y trascen‑ dente mediante la cual los amantes de las verdades esotéricas po‑ demos verificar, una vez más, aquella sentencia que reza de este modo: «Todo el Macrocosmos está contenido dentro del Microcos‑ mos‑Hombre». Porque, en última instancia, si apelamos al Génesis bíblico, hemos de recordar que «Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, a su imagen y semejanza lo creó». Por consecuencia, cuando una humana criatura abandona su crisálida egoica, desplie‑ ga las facultades de su Alma y alcanza el estado de Hombre verda‑ dero, está preparado invariablemente para conocer la razón secre‑ ta de la Creación y la finalidad última de la misma. Esto es lo que llamamos en Gnosis «conocer el Cosmos de arriba y el Cosmos de abajo», y eso, paciente lector, es el cometido primordial de nuestra estancia pasajera en eso que llamamos «vida». Sean contigo, prudente lector, todas las bienaventuranzas de todos los tiempos, y ojalá mediante ellas alcances a acercarte al Trono de la Verdad para quedar establecido en el Reino de la Eternidad. OREMUS Kwen Khan Khu9 1 EL LOGOS INVOCACIÓN: EL ESPÍRITU SANTO C onocimos a un hombre que se llamaba Juan. ¡Era un Teúrgo excelso! Sabía salir conscientemente en cuerpo astral. Una noche, la más sosegada, la más silente, estando fuera del cuerpo físico, Juan invocó al Espíritu Santo... De pronto, una ave maravillosa, una blanca paloma ¡de inefable blancura!, con cabeza de anciano venerable y luenga barba blanca, albada, flotó deliciosamente sobre la cabeza del Teúrgo. ¡Era de ver y admirar esa impoluta paloma tan grande y tan hermosa, con cabeza de anciano venerable! La blanca paloma se posó sobre los hombros de un amigo de Juan y al oído le musitó sabios consejos. Después, la paloma de inefable blancura, con cabeza de venerable anciano, se paró frente a Juan. Lleno de éxtasis, nuestro buen discípulo in‑ terrogó al Espíritu Santo: –¡Señor mío! ¡Oh, Dios mío! Dime: ¿cómo voy...? ¿Iré bien...?Next >