ESTUDIO GNÓSTICO SOBRE LA DEMONOLOGÍA KWEN KHAN KHUKwen Khan Khu ESTUDIO GNÓSTICO SOBRE LA DEMONOLOGÍA marzo 2020La composición y el diseño, tanto de la por‑ tada como del interior de la presente obra, están registrados a nombre de AGEAC. Ninguna parte de ellas puede ser reproducida, modificada, publicada, cargada, transmitida o distribuida de ninguna manera sin la previa autorización escrita de AGEAC. © AGEAC (Asociación Geofilosófica de Estudios Antropológicos y Culturales). Reservados los derechos de imagen. www. ageac.org vopus.org samael.org radiomaitreya.org INTRODUCCIÓN .................................................................................................. 5 1. LA GNOSIS, LA TEÚRGIA Y LA GOECIA. .......................................................... 11 2. LA CAÍDA ANGÉLICA. YAHVÉ Y SUS ARGUCIAS. ............................................ 18 3. LA FORNICACIÓN Y LOS ÁNGELES CONVERTIDOS EN DEMONIOS. ........... 23 4. TAREAS DE LOS PRÍNCIPES DEL INFIERNO. ................................................... 29 5. LOS PACTOS SATÁNICOS. ................................................................................. 37 6. SELLOS O EMBLEMAS DE ALGUNOS DEMONIOS. REQUISITOS PARA PERTENECER A LA NEGRA COFRADÍA. .......................................................... 41 7. MODUS OPERANDI DE LOS DEMONIOS. ...................................................... 44 8. PALABRAS FINALES ........................................................................................... 48 ÍNDICE5 INTRODUCCIÓN D esde tiempos remotos, el tema de los Demonios ha sido muchísimas veces motivo de exhaustivos relatos, debates, contradicciones teológicas, afirmaciones que resultaron a veces inverosímiles, temores religiosos, especulaciones filosóficas, diatribas psiquiátricas, etc., etc., etc. No por ello ha mermado nun‑ ca el interés acerca del «Maligno», como lo han apodado muchos teólogos durante siglos. El espiritualismo y el materialismo han te‑ nido en el tema demoníaco un magnífico campo de batalla para lanzarse, los unos a los otros, toda clase de improperios, acusacio‑ nes, adjetivos descalificativos, etc., etc., y cada bando se proclama poseedor de la verdad única en esta materia. Fuera de toda duda, la lógica nos lleva a exclamar con el eminente filósofo español Unamuno lo siguiente: «Creer o no creer no signi‑ fica nada, lo importante es experimentar». El dominio de los llamados Demonios corresponde al ámbito o a las esferas de lo que hoy llaman los físicos contemporáneos la «hiper‑ dimensionalidad del espacio» o dimensiones anímicas. Estas son superiores e inferiores .Kwen Khan Khu • ESTUDIO GNÓSTICO SOBRE LA DEMONOLOGÍA 6 Para la Gnosis de todos los tiempos, siempre ha sido fácil compren‑ der y exponer al mundo la conexión existente entre el terreno eu‑ clidiano –tridimensional– y ese otro que ha sido denominado espi‑ ritual. Los gnósticos siempre han sido conocidos por «vivenciar eso que es llamado sobrenatural» en lugar de quedarse imbuidos en la especulación teorética. Incuestionablemente eso no solo les hizo ganarse durante muchos siglos la antipatía y el desprecio de todos aquellos que, anclados en los dogmas eclesiásticos, trabaron todo tipo de conjuras contra estos atrevidos; sino también el ser llevados a las más horribles mazmorras medievales, o a las ardientes hogue‑ ras muy de moda en aquellos tristes tiempos. Afortunadamente, la perseverancia vence, y así ha sido aún en nuestra cacareada época científica. Los avances en el terreno meta‑ físico impulsaron a la Parapsicología, y gracias a ella hoy se pueden plantear públicamente muchas cosas que hace siglos nos hubieran llevado directamente a una prisión bajo la acusación de «herejía». Muchos estudiosos de lo paranormal o metafísico ya en el siglo XIX rompieron muchas barreras sociales y filosóficas que impedían a las gentes llegar a conocer la existencia o inexistencia de esas otras en‑ tidades que habitan en el llamado «más allá» de nuestros sentidos. Ya entrados en el siglo XX, afortunadamente, la aparición de la Gno‑ sis Samaeliana trajo a la humanidad todo un caudal de informacio‑ nes verificables mediante la práctica, acerca del mundo del Espíritu y más concretamente sobre el llamado Cosmos Superior e Inferior o infradimensiones... Hoy, para la Gnosis, la negación o afirmación de la existencia de entidades malévolas no es una interrogante sin respuesta. No. El Gnosticismo, mediante su cuerpo de doctrina y su enorme bagaje de medios de experimentación, se permite aseverar en un ciento por ciento la existencia de Ángeles y Demonios presentes en la vida cotidiana de las personas. Mediante el uso del Eidolón, como llamaba Paracelso al cuerpo sutil –molecular– que posee toda persona humana, cada quien puede verificar directamente la naturaleza de esas entidades subli‑ mes o demoníacas. Esto es identificado hoy por muchas escuelas Kwen Khan Khu • ESTUDIO GNÓSTICO SOBRE LA DEMONOLOGÍA 7 metafísicas como «salida astral». También mediante la Gnosis Sa‑ maeliana, se nos explicó abiertamente la forma de adentrarnos en regiones atómicas superiores o inferiores y contactar a dichas enti‑ dades comentadas en renglones anteriores. Otro aspecto a tomar en cuenta en estos estudios relacionados con lo sobrenatural, es la diferencia que hemos de realizar entre los De‑ monios y esa parte auto‑consciente de nuestro SER que la Gnosis llama Lucifer . Lucifer es, desde el punto cabalístico gnóstico, el dador de la Luz, y por otra parte la Gnosis lo define como el reverso de la medalla, siendo el anverso el Cristo íntimo en cada persona. La Gnosis siem‑ pre proclamó y proclamará que una cosa ultra‑extraordinaria fue el Cristo histórico, que vino a representar un terrible drama hace más de dos mil años, y otra muy diferente es la necesidad de que cada persona encuentre, dentro de sí misma, a su Cristo íntimo. Esto es lo que el Gnosticismo califica como Autorrealización. Aunque pareciese una contradicción, el Cristo íntimo nada podría hacer para cumplir su misión aquí y ahora dentro del ser humano, si no contase con la ayuda eficaz del Lucifer íntimo. Nuestro Lucifer íntimo es una cosa, y Satanás, o los Demonios, son otra cosa, amigo lector. La tarea de nuestro Lucifer es la de un ayo o educador. Lucifer prue‑ ba nuestras virtudes con el gimnasio de la tentación en nuestras vidas cotidianas, ha dicho el eminente Maestro Gnóstico Samael Aun Weor. En algunas ocasiones, este Lucifer realiza tareas portentosas sobre nosotros con el propósito de salvar nuestra alma, como por ejem‑ plo lo vemos retratado en el caso que narramos a continuación; veamos: «Me viene a la memoria en estos momentos un relato, por cierto bastante interesante, de un hermano gnóstico de Costa Rica. Nos dice el narrador que en un pueblo de su país suce‑ dió un caso insólito, insospechado.Kwen Khan Khu • ESTUDIO GNÓSTICO SOBRE LA DEMONOLOGÍA 8 Tratose de una mujer prostituta. Esta se embriagaba incesan‑ temente con toda clase de bebidas alcohólicas, y en medio de su borrachera exclamaba: ¡Yo me echo diez o quince hom‑ bres al día, y todo hombre que se atraviese en mi camino me lo echo, y si el Diablo se me atravesara, también a él me lo echaría. Sucedió que en cierta ocasión un marino llegó a sus puertas, el cual tenía hermosa apariencia. La mujer aquella no tuvo incon‑ veniente alguno en revolcarse con él en el lecho de Procusto. Después de la fornicación, aquella mujer sentada a la puer‑ ta del lenocinio, dirigió sus miradas a la calle... De pronto el mancebo desde adentro la llamó, diciéndole: Tú no me cono‑ ces, vuélvete y mírame para que me conozcas. La infeliz, obedeciendo las indicaciones del amante, se levan‑ tó para dirigirse otra vez al interior de la abominable recáma‑ ra, y luego, mirando a aquel que había sido su instrumento de placer, vio algo horripilante, terrible, tenebroso. El escamoso, disfrazado con la forma aquella que le dieran los ortodoxos del Catolicismo romano, la miraba fijamente, al tiempo que un fuerte olor a azufre llenaba el lugar... La mujerzuela no pudo resistir y cayó en el piso privada, al tiempo que daba algunos alaridos muy agudos... Los vecinos, al escuchar tales gritos, vinieron a auxiliarla, pero el olor a azufre los hizo huir despavoridos. Más tarde, la infeliz, después de haber relatado en el hospital lo sucedido, moría al tercer día; se la llevó el Diablo. Cuenta el narrador que aquel olor a azufre persistió por algún tiempo en el lenocinio, y que las gentes evitaban, por tal mo‑ tivo, pasar por la calle donde estaba esa casa. Analizando juiciosamente tal relato, descubrimos práctica‑ mente una operación de asepsia moral, un método de urgen‑ cia tomado por el propio Lucifer interior para esa mujer. No hay duda de que su Dios íntimo ordenó a su sombra, a su Lucifer, a su Dragón particular interior, materializarse en esa forma delante de la infeliz, hacerse visible y tangible ante ella, y hasta copular con ella...Kwen Khan Khu • ESTUDIO GNÓSTICO SOBRE LA DEMONOLOGÍA 9 Obviamente, su divino Sol íntimo no podría haber realizado tal cópula, tal aparición, pero su sombra particular, como quiera que está polarizada negativamente con respecto a la luz positiva, resulta palmario y manifiesto que sí pudo reali‑ zar concretamente todo esto. El resultado será mas tarde maravilloso. La infeliz aquella desencarnó llena de terror, y cuando vuelva a reincorporar‑ se, cuando renazca en este mundo, cuando tome un nuevo cuerpo, es muy difícil que pueda volver a la prostitución; le ha quedado en la Conciencia ese terror, ese shock psíquico. Lo más seguro es que en su futura existencia se resuelva a seguir por el camino recto, por la senda de la castidad. Así es como el Dragón puede trabajar y operar drásticamente en un momento dado». –Extracto tomado del cap. «El Dragón de las Tinieblas», de la obra Sí hay Infierno, sí hay Diablo, sí hay Karma del V.M. Samael–. Empero, el aspecto trascendental del Gnosticismo radica en el he‑ cho de que no basta con investigar y llegar a conocer todas las po‑ sibilidades que nos ofrecen los reinos atómicos del hiperespacio, sino también en haber dotado a los estudiosos con los medios para contrarrestar cualquier manifestación desagradable que se presen‑ te durante la experimentación misma. Aquí es donde entra el uso del lenguaje mántrico, la utilización del verbo superior, con el cual podemos defendernos de todo ataque que pudiésemos catalogar como tenebroso. Esa es, amigo lector, la finalidad de este tratado. La intención del autor no es otra que poner en tus manos una serie de informacio‑ nes serias, que permitan a todo ser humano hacerse consciente de la realidad material y anímica en la cual vive, y en base a ello dar testimonio de la preclara manifestación de las fuerzas blancas pre‑ sentes en nuestra existencia y de aquellas otras que se convierten en su antítesis: las fuerzas negras u obscuras. Nuestro lector, obviamente, tiene la absoluta libertad para acep‑ tar o rechazar las afirmaciones vertidas en estas páginas, ya que el manejo de las fórmulas esotéricas no es del gusto de todas las Next >