Nuestro rasgo psicológico

¿Cómo podríamos descubrir nuestro rasgo psicológico?

¿Cómo podríamos descubrir nuestro rasgo psicológico? 850 480 V.M. Kwen Khan Khu

Queridos lectores:

Me acerco a vosotros por este medio para hablaros en esta ocasión sobre:

¿CÓMO PODRÍAMOS DESCUBRIR NUESTRO RASGO PSICOLÓGICO?

En sus obras de carácter psicológico, el V.M. Samael nos incita a descubrir nuestro rasgo psicológico particular ─pues cada quien tiene el suyo─ con el propósito de ir restándole fuerzas a nuestro malévolo EGO ANIMAL que llevamos en nuestra psiquis. Empero, es incuestionable que, debido a la multiplicidad de nuestro YO ─constituido por diez mil agregados psíquicos─, semejante tarea no resulta nada fácil cuando queremos detectar dicho rasgo.

Mediante la Gnosis sabemos que el rasgo psicológico que personifica nuestra psicología es aquel agregado que tiene más CONCIENCIA ATRAPADA y, por tal motivo, podríamos decir que es una de las cabezas de legiones que forman nuestra desordenada multiplicidad psíquica.

Todo esto, avezado lector, está íntimamente ligado a la ceguera que tenemos desde hace siglos y merced a la cual siempre hemos sido, lamentablemente, entidades mecánicas o robots al servicio de eso que llamamos en Gnosis la Bestia cuyo número fatal es 666.

El estudio que hemos de realizar sobre nosotros mismos está directamente conectado con el SENTIDO DE LA AUTOBSERVACIÓN, pues nunca habrá AUTODESCUBRIMIENTO PSICOLÓGICO si antes no nos hemos AUTOBSERVADO a fondo. La autobservación tiene niveles y niveles y, para que tal facultad se desarrolle, necesitamos auxiliarnos con el llamado ESTADO DE ALERTA PERMANENTE y, asimismo, con prácticas que nos induzcan a la serenidad, a la meditación, a la introspección, etc., etc., etc.

Aunque parezca increíble, pese a que leemos estas cosas en los libros del Avatara, lamentablemente, nuestro verdadero interés por CONOCERNOS A SÍ MISMOS es pobre y no está respaldado por las ANSIAS DE SER, lo cual es un ingrediente que resulta siendo, en este terreno, algo FUNDAMENTAL.

Durante mis años de mocedad o adolescencia, estando ya en la Gnosis, llegué muchas veces a creer firmemente que MI RASGO PSICOLÓGICO PARTICULAR era eso que llamamos la LUJURIA. ¿Por qué llegué a semejante conclusión? Pues, sencillamente, a causa de estados lujuriosos que me atacaban, sobre todo por las noches, en los llamados mundos internos. Así que, por tanto, durante años estuve rogando a Dios Madre que me ayudara a exterminar esas sensaciones que trataban de conducirme a la fornicación. Muchos años de mi vida pasé haciendo ayunos y diversas prácticas con Stella Maris, con el bendito Ángel Anael, con el V.M. Anubis, etc., etc., etc.

Sin embargo, un servidor no caía en cuenta de que ese agregado no me molestaba en el mundo físico, pues existía en mis entrañas, a la vez, algo que repudiaba la pérdida de las energías sexuales y tampoco me gustaba, de ningún modo, la violencia sexual con el Eterno Femenino. Así que por un lado me sentía agredido por los Yoes lujuriosos durante mi estancia en el mundo astral, pero ya en el mundo físico aquello no era una situación que me estuviese atropellando las veinticuatro horas del día.

Así las cosas, intensificando más y más la AUTOBSERVACIÓN y rogando a las jerarquías divinas que me auxiliasen en esa tarea, empecé a combinar ayunos con oraciones poniendo muchísimo énfasis en EL ESTADO DE ALERTA NOVEDAD. Incuestionablemente que tal y como lo dice el proverbio español: «¡A Dios rogando y con el mazo dando!», mis plegarias fueron escuchadas y ¡saltó la chispa! ¿¿¿Qué sucedió entonces, apreciado lector??? Aconteció que, manteniéndome en ese ESTADO DE ALERTA NOVEDAD, un día me hice la siguiente pregunta: «¿Qué es lo que más repites mecánicamente durante cada día física e internamente?», y fue entonces cuando descubrí que la mayoría de mis actos, pensamientos y sentimientos llevaban una carga de VIOLENCIA muy disimulada a veces y otras veces muy claramente manifiesta. Descubrí entonces que, normalmente, hablaba de forma iracunda, gustaba de golpear las mesas, pensaba a una velocidad vertiginosa emitiendo pensamientos nada agradables sobre los demás, fuesen o no parientes de un servidor, y una larga serie de cosas que comenzaron a preocuparme de tal modo que a mí mismo me llenaron de asombro, susto e incertidumbre… ¡¡¡¡Había descubierto que mi rasgo psicológico era la ira y no la lujuria!!!!

Empero, sucedió entonces algo muy peculiar. Cuando aquel monstruo empezó a verse descubierto gracias a la autobservación permanente, comenzó a quererse agitar en mis entrañas con una fuerza increíble, al extremo de hacerme temblar mis músculos a la par que me producía una especie de consternación mental o turbación momentánea. Entonces me di cuenta de que aquella energía siniestra se sentía amenazada y, para asistirme en semejante situación, dupliqué mis oraciones a la Divina Madre y mis ayunos con el propósito de crearme un escudo que me auxiliase en aquellos días. Todo esto acontecía cuando aún un servidor no había contraído matrimonio alguno.

El colmo de este panorama llegó cuando un día, discutiendo muy fuerte con uno de mis hermanos, que tenía más años que un servidor, la discusión, que era verbal, desembocó en una pelea y durante la misma sentí que mi cuerpo se inflamaba, horriblemente, de una energía poderosísima que me llevó casi a ¡¡¡¡estrangular a mi propio hermano!!!! Había logrado coger por el cuello a mi pariente y, usando todas mis fuerzas, lo llevé casi hasta el total ahogo, razón por la cual cayó desmayado a mis pies…

¡¡¡Cuando vi a mi hermano temblando como si le faltara oxígeno, como si estuviese en los estertores de la muerte, llamé desesperado a mi madre y a mis otros hermanos para que me ayudaran!!! Impotente ante todo aquel escenario, comencé también a temblar, pero en este caso, estimado lector, fue a causa del terror que tuve de MÍ MISMO… Aquel día me dije a mí mismo: «¡¡¡Oscar, tú no eres otra cosa que un asesino!!! ¡¡¡Y de nada te sirve la Gnosis, pues mira de lo que eres capaz!!!». Esto se repetía una y mil veces en mi mente y desde entonces comencé a sentir asco de existir… Me veía a mí mismo como una auténtica basura que caminaba, hablaba, etc., etc., pero era solo eso: ¡¡¡UNA BASURA!!!

Desde entonces comencé a hacer INTROSPECCIONES para revisar mi vida y lo que fui encontrando dentro de mí fueron recuerdos abominables de muchos momentos en los que había agredido verbalmente al prójimo, llegando en otras ocasiones a AMENAZAR con violencia a los demás.

Cuando ya tuve la oportunidad de practicar el Arcano A.Z.F., dirigí todas mis súplicas al Eterno Femenino divinal rogándole que, en lo posible, fuera extirpándome de mi estructura psicológica aquella monstruosidad.

Con el tiempo, mi Real Ser me fue mostrando de qué forma había creado un servidor semejante abominación. Entonces, el bendito ─léase: el SER─ me fue señalando en los mundos internos pedazos de variadas existencias de la antigua Roma, durante las cuales la IRA me convirtió en una máquina de matar. Para colmo de los colmos, ya cuando tuve contacto con el V.M. Samael, en el Distrito Federal mexicano, un día el Avatara me hizo saber que prácticamente durante todas mis existencias había sido militar, y algunas veces militar y abogado. Es obvio que todo aquello, en lugar de apaciguar aquella bestialidad que portaba en mis entrañas, había contribuido a aumentar la fuerza de semejante DEMONIO.

Ya en conocimiento de cuál era mi rasgo psicológico, me propuse firmemente la tarea de APROVECHAR LOS GIMNASIOS que el Padre me fue trayendo en mis diversas estadías como difusor de nuestros estudios y con el pasar de los años, y después de muchísimas crisis espantosas, la adorable Madre Kundalini, definitivamente, extirpó aquella entidad demoníaca que durante siglos había sido mi azote y la causa de muchos de mis karmas morales. ¡Todo se paga, caro lector!…..

Hoy, cuando miro hacia atrás y vienen a mi memoria escenas de aquellos estados que me poseían y me convertían en algo absolutamente bárbaro, me asombro de que todo aquello hubiese ocurrido y me avergüenzo profundamente de mis actitudes de entonces. Si no hubiese descubierto mi rasgo psicológico, querido lector, a estas alturas de mi vida todo lo que habría hecho hubiese sido simplemente UNA PÉRDIDA LAMENTABLE DE TIEMPO…… De nada me hubiera servido haber conocido esta sagrada enseñanza y habría cometido la insensatez de NO HABER APROVECHADO LA HERMOSA OPORTUNIDAD DE HABER CONOCIDO AL CRISTO ROJO DE ACUARIO, el V.M. Samael Aun Weor.

Os dejo ahora algunas frases para la reflexión:

«La primera y mayor vergüenza del pecador es haber pecado».
Séneca

«Cuanto mayor es el delito, mayor debe ser el tiempo consagrado a los remordimientos».
Victor Hugo

«Más que un pesar del mal que hemos causado, nuestro arrepentimiento es un temor del mal que nos podía suceder».
La Rochefoucauld

«Un buen arrepentimiento es la mejor medicina que tienen las enfermedades del alma».
Cervantes

VIRTVTI FORTVNA COMES.
─‘La fortuna acompaña a la virtud’─.

SEAN CON TODOS VOSOTROS LAS LUCES DE VUESTRO PADRE QUE ESTÁ EN LOS CIELOS.
Kwen Khan Khu